Este artículo se publicó hace 14 años.
Los miembros de la cúpula de la diócesis de Guipúzcoa abandonan sus cargos
Los miembros de la cúpula de la diócesis de Guipúzcoa han decidido abandonar sus cargos tras la marcha de monseñor Juan María Uriarte y el nombramiento de José Ignacio Munilla como obispo de San Sebastián, quien deberá ahora elegir a su propio equipo.
Según han indicado fuentes del Obispado, el revelo de los principales cargos de la diócesis, como los vicarios generales, es algo "absolutamente natural" cuando cambia el obispo, aunque en este caso los dos vicarios, Patxi Azpitarte y Félix Azurmendi, adelantaron a Munilla "hace semanas" su intención de no continuar en sus cometidos.
Los dos vicarios generales fueron nombrados por Uriarte y han sido sus más estrechos colaboradores durante su mandato.
Además de los dos vicarios generales, quienes ya han abandonado sus cargos, la secretaria general, Luzia Alberro, también ha expresado su intención de dejar el Obispado, aunque todavía continúa en su puesto y está "dando el relevo" y trabajando con quien será su sustituto, un cargo ya decidido por Munilla pero cuya identidad no se dará a conocer hasta que sea nombrado.
Luzia Alberro fue nombrada por Uriarte en febrero de 2001 y se convirtió con sólo 25 años en la primera mujer seglar en ocupar este cargo, que forma parte, junto con los del obispo y los vicarios generales, del Consejo Episcopal de la diócesis.
La responsable de comunicación, María Jesús Guerra, dejó de ejercer desde el pasado 9 de enero, el día en que Uriarte se despidió de sus fieles en una celebración religiosa en la catedral del Buen Pastor.
Otro de los cargos de la cúpula de la diócesis, el vicario de Economía, José María Medina, había expresado con anterioridad su intención de jubilarse, según el Obispado, mientras que el vicario de Religiosas también abandonará su cargo.
Del mismo modo, el responsable de Cáritas, José Carlos Olano, también ha anunciado que no continuará en su puesto, según fuentes de la diócesis guipuzcoana.
Las fuentes oficiales del Obispado han explicado que lo habitual es que todos estos cargos cesen al cambiar el obispo, quien no obstante tiene la posibilidad de mantener a alguno de ellos, aunque en esta ocasión ellos mismos han dado el primer paso al informar de que no tienen intención de continuar.
A partir de ahora, monseñor Munilla, quien el pasado sábado inició su mandato, se tomará un tiempo para hablar con los arciprestes y otros miembros de la diócesis con el objetivo de configurar su propio equipo de confianza.
Munilla ha llegado a San Sebastián envuelto en la polémica, ya que el 77% de los párrocos de la diócesis firmó un documento en el que rechazó el nombramiento del nuevo prelado.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.