Los miembros del jurado destacan que el galardón une excelencia artística y ética

Varios miembros del jurado del Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2008, concedido al Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela, aúna la "excelencia artística" de los intérpretes que las integran con la ética en la que se basa un proyecto educativo para miles de niños y jóvenes.

"Es una idea maravillosa cambiar la pistola por un violín", ha señalado a EFE el cineasta José Luis Garci, que ha incidido en el respaldo prácticamente unánime que la candidatura concitó entre los miembros del jurado, que hoy ha hecho público su fallo.

Para la periodista Beatriz Pécker, el galardón une a la excelencia como intérpretes de los miembros de las orquestas venezolanas "y ese lado del arte como rebelión como revolución como transformador de la sociedad", ha dicho.

Por su parte, la consejera de Cultura y Turismo del Principado, Encarnación Rodríguez, ha destacado que el Premio "se corresponde muy bien con los valores de la Fundación" tras subrayar que era su candidatura "favorita" y la "magnífica" defensa que realizaron el director de la Orquesta Sinfónica del Principado (OSPA), Max Valdés, y el director de Clásicos Populares de RNE, Fernando Argenta.

En términos similares se ha expresado la directora de LABoral Centro de Arte y Creación Industrial, Rosina Gómez Baeza, que ha incidido en la labor "precursora de nueva vida y de nuevas oportunidades" de las orquestas premiadas "encaja de lleno con el momento actual que vive la creación".

Por su parte, el periodista Fernando Delgado ha calificado de "obra milagrosa y prodigiosa" la llevada a cabo por esta fundación estatal venezolana, pero ha considerado que el premio no se concede "a una ONG maravillosa sino a la calidad extraordinaria de más de 120 orquestas" que han permitido que las "precarias" vidas de muchos niños y jóvenes "sean salvadas por la entrega a la música".

A preguntas de los periodistas sobre la repercusión que tendrá la concesión del premio en la normalización de las relaciones diplomáticas entre España y Venezuela, Delgado ha lamentado "la costumbre de politizarlo todo y de llamar política al politiqueo".