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Miguel Poveda quita "españoleo" a la copla y le da elegancia y modernidad

EFE

El desgarro, los cuernos, los celos y, en definitiva, la desmesura amorosa, fueron, con ajuar de copla, la banda sonora de la infancia del cantaor flamenco Miguel Poveda, que ha querido reivindicar en su último disco un género que nació revolucionario y que fue encadenado por el "españoleo rancio".

"Aunque suene arrogante, tenía la necesidad como amante del género de hacer algo por la copla. Quería aportar mi granito de arena para dignificar el estilo que me llevó al flamenco", explica Poveda (Badalona, 1973) en una entrevista con Efe sobre su decisión de hacer "Coplas del querer" (Universal), el octavo disco de su carrera.

El disco, un doble CD, hace un guiño a la historia de la copla, que "sólo" tiene 90 años de vida, con carátulas que imitan los vinilos antiguos pero ese es el único toque añejo porque la elegancia y contemporaneidad que Joan Albert Amargós y Chicuelo han imprimido a los arreglos lo sitúan de lleno "en los modos actuales".

"La canto al modo tradicional pero he querido que me acompañara un músico contemporáneo para que sonara a copla pero que tuviera una vestimenta actual que la pusiera al mismo nivel del bolero o el tango", detalla.

De las 18 canciones que incluye el trabajo, dos, "Ojos verdes" y "La bien pagá", son del "núcleo duro" coplero, pero el resto son menos populares, incluida la de "A ciegas", la que grabó expresamente para la película de Pedro Almodóvar "Los abrazos rotos", con arreglos de Alberto Iglesias.

"Desde que conocí a Almodóvar, en 1994, siempre me ha animado a trabajar con Alberto. Intentamos hacer juntos el disco de copla pero era difícil coincidir y decidí hacerlo con Amargós", descubre.

Pero cuando Almodóvar -que en el librillo del disco dice de él que es "exquisito" y "superdotado"- ya tenía a medias la película y él el disco, Iglesias encontró en una tienda de partituras la de "A ciegas" y le propusieron que la interpretara.

"Ha sido una total carambola y un regalo. Es una copla de las menos conocidas de la Piquer y ahora va a dar la vuelta al mundo y eso me hace muy feliz", dice quien desde que empezara su carrera, con 15 años, ha logrado prácticamente todos los galardones del flamenco e incluso el Premio Nacional de Música.

Todas las elegidas, excepto "Sere... Serenito", tienen en común el desgarro: "esa forma de explicar los desencuentros, los cuernos, el querer desmesurado" aunque, asume, "todos queremos en algún momento con esa pasión exagerada que nos hace perdernos a nosotros mismos".

Para Poveda, la copla non es equivalente de franquismo, "sino al revés", porque, sostiene, ha sido "muy revolucionaria" "pero luego llegó Franco se la apropió y obligó a los artistas al 'viva España' por todos lados".

Por eso no ha querido incluir ninguna de "españoleo rancio" ni de "torerío" porque aunque le parece que "El romance de valentía" es "preciosa" con la de "Francisco Alegre", como dice su amiga Martirio, "dan unas ganas locas de empezar a poner lavadoras" y él quería hacer "otra cosa".

Cree que ha habido poco tiempo para que la música de la copla evolucione y tenga continuidad, como sí ha sucedido con el tango o el bolero, pero pronostica que ocurrirá porque tiene "la misma calidad" y autores como Rafael de León han sido "poetas geniales".

"He paseao mi cadáver de amor amortajado" o "Tus ojos son cueva de chacales guardando traición" son algunas de las perlas que contienen las coplas elegidas por Poveda, hechas para mujeres, porque las que "mandaban" eran Juanita Reina, Concha Piquer e Imperio Argentina "y el hombre que se atrevía a cantarlas era tildado de maricón".

El artista, que asegura que es feliz porque hace lo que quiere y tiene más de lo que aspira a tener, ya está preparando el que será "su" disco definitivo de flamenco: cantes tradicionales que con los años ha hecho suyos y que van desde Jerez a Lebrija pasando por Triana, Utrera y Morón.

Concha Barrigós

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