Este artículo se publicó hace 13 años.
Mil delegados se atreven a soñar con el "mundo que nunca hemos tenido"
Atreverse a soñar con el mundo que se quiere para el futuro, en 10 ó 50 años, cómo en su día hicieron líderes como Martin Luther King, John F. Kennedy o Mahatma Gandhi, es el ejercicio "de creación", de implantar "nuevos comportamientos" en microfinanzas al que hoy se han enfrentado un millar de delegados de la V Cumbre Mundial del Microcrédito.
El maestro de ceremonias de este ejercicio visionario, el "facilitador", como se recoge en el programa de la cumbre, ha sido Dave Ellis, presidente de The Brande Foundation, de EEUU, un entrenador para la vida en todos sus aspectos que tiene entre sus discípulos al alma de este foro internacional, Sam Daley-Harrys.
Daley-Harrys ha rememorado el encuentro con su "entrenador" en 1995, poco antes de planificar la primera cumbre mundial de microcrédito en 1997 y ha recordado que de la experiencia salió "como si fuera tres pies más alto", creció, creció y creció hasta ahora, cuando de nuevo se ha animado a soñar el futuro que quiere y ha trasladado en esta cumbre la idea de las "microfinanzas para la redención", para restaurar el valor y el honor a las personas".
Mil delegados de más de un centenar de países se han armado hoy de pequeñas tarjetas en las que han soñado con ese mundo que nunca hemos tenido y se han atrevido, guiadas por Ellis, a escribir y compartir con el más próximo qué cambiarían en este campo de las microfinanzas si tuvieran una varita mágica, como ven el futuro a diez años y a 50, que harían con 50 millones de euros y con mil millones, o con mil y 10.000 personas con talento.
Un auditorio participativo y entregado, silencioso en los momentos que lo han requerido, ha seguido este ejercicio al que Ellis sometió al propio Nobel de la Paz, conocido como "banquero de los pobres", Muhammad Yunus, en un encuentro que tuvo con él en 1995 en Bangladesh y en el que le animó a "ser capaz de imaginar un futuro que sería tan grandioso que nos haría avanzar y nos sacaría de la cama cada mañana".
Entonces Yunus, según ha rememorado este entrenador de vida a los delegados asistentes, rechazó pensar a cien años aunque se convenció de hacerlo a cincuenta, convencido de que crear un mundo sin pobreza nos reta a mirar a cincuenta años vista.
Ellis ha recordado planteamientos como que en el 2015 haya cien millones menos de pobres extremos en el mundo o ese "sueño" que Yunus lanzó el pasado lunes al inicio de esta Cumbre en Valladolid de que "la pobreza solo exista en los museos".
Se trataba de buscar ideas que "marquen diferencias en el mundo", y los asistentes se han animado soñando con mil personas que forman a otras mil para llegar a un millón de talentos en microfinanzas; con 50 millones de euros para becas universitarias para los pobres, o con un futuro en el que los microcréditos tengan interés cero.
"Cero intereses para todo el mundo", ha soñado en voz alta un joven delegado de Guinea, que ha arrancado el mayor aplauso de todos los asistentes.
Desde Pakistan han soñado con 10.000 talentos repartidos por 10.000 aldeas con 100.000 euros cada uno para al cabo de 10 años regresar y ver cómo han cambiado la vida en esos lugares, y desde Italia se han atrevido a pensar en un mundo que no dependa del Producto Interior Bruto y sin economistas, visión recibida con otro gran aplauso.
"Algunas ideas suenan salvajes e idealistas pero podemos hacerlas", ha reflexionado Ellis, quien también ha llevado a los asistentes a preguntarse por lo que funciona bien, por lo que eliminarían y por llevar este ejercicio realizado hoy a los colaboradores y a su organización.
"Escuchar la voz interior", hablar para inspirar creatividad, plantear "ideas nuevas para el futuro", sin importar el cómo se pondrán en marcha como en su día se atrevieron Luther King, Gandhi cuando vio una India liberada de forma no violenta o Kennedy cuándo aseguró que en diez años el hombre iría y volvería de la luna.
María Rosado
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