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Miles de árabes israelíes protestan en el Día de la Tierra contra la expropiación

EFE

Miles de árabes israelíes salieron hoy a la calle con ocasión del Día de la Tierra, para protestar contra la expropiación de tierras a los miembros de su comunidad y reclamar igualdad de derechos con la población judía.

Representan en torno al veinte por ciento de la población, alrededor de 1,2 millones de palestinos tienen nacionalidad israelí, pero su representación parlamentaria es de tan sólo el diez por ciento.

Los árabes con nacionalidad israelí se quejan de que, sesenta años después de haber optado por quedarse a vivir en Israel, sus vecinos judíos y las autoridades les siguen tratando como enemigos.

El Día de la Tierra recuerda la muerte, el 30 de junio de 1976, de seis palestinos israelíes durante las protestas que siguieron a la aprobación de una orden de expropiación de tierras de árabes en lo que ahora se conoce como el "triángulo del Día de la Tierra", en la Baja Galilea.

La ciudad de Árabe, uno de los vértices del triángulo, acogió hoy la mayor concentración de la jornada, con más de 5.000 participantes que portaban banderas negras, en señal de duelo y dolor, insignias rojas del partido comunista y banderas palestinas.

Algunos jóvenes llevaban banderas y camisetas con la foto del Che Guevara y su famosa frase, "prefiero morir de pié que vivir arrodillado", mientras que otros tocaban tambores y cantaban eslóganes pro-palestinos.

"En 1948 el 75 por ciento de la tierra del actual Israel era palestina y ahora menos del 1,5 por ciento de la tierra está en manos de palestinos", dijo a Efe el diputado palestino israelí Ibraim Sasur.

Según él, "la tierra es el espíritu de la existencia de 1,2 millones de árabes en Israel. El gobierno insiste discriminar a esta minoría en todos los aspectos de su vida cotidiana, pero nosotros continuaremos trabajando por la mejora de nuestras condiciones de vida en términos de propiedad de la tierra, planificación urbana, planes de jurisdicción y de desarrollo industrial y económico".

El portavoz del Comité de Seguimiento para los Árabes en Israel, Abed Inbitawe, explica que "hoy en día las expropiaciones de tierras a ciudadanos árabes continúa y hay planes para destruir viviendas árabes en ciudades como Jaffa, Lod, Ramla y amplias zonas del Negev. Además, las autoridades deniegan los permisos para construir o ampliar nuestras viviendas".

La población palestino-israelí denuncia la existencia de un plan sistemático para "judaizar la Galilea", una región del norte de Israel donde vive el 80 por ciento de la población árabe del país.

"Los israelíes no quieren que vivamos a su lado. El racismo crece rápidamente en la sociedad israelí y en la clase política", asegura.

La discriminación es ilegal y puede ser denunciada, pero muchas veces se encuentra la manera de llevarla a cabo de una forma sutil, indica Inbitawe.

Uno de los métodos es, para acceder a una vivienda o a un trabajo se pide haber hecho el servicio militar, obligación de la que la población árabe está eximida,

Para él, "es común que a uno no le vendan una casa por ser árabe, o que no acepten a sus hijos en un colegio. Además a los palestinos israelíes sólo se les contrata para los trabajos peor remunerados".

La discriminación se extiende a la arena política, donde los diputados de partidos árabes son generalmente excluidos de cualquier pacto. Nunca en seis décadas un miembro de un partido árabe ha formado parte del Gobierno.

"Como miembros árabes de la Kneset (Parlamento) somos percibidos como una realidad nacional diferente. Sufrimos una política de exclusión. No se negocia con nosotros. No contamos a la hora de formar gobierno. No tenemos un impacto real. Somos considerados enemigos", explica el diputado Hana Swaid.

Asegura que "sin igualdad no puede haber una democracia verdadera" y considera que el hecho de que Israel se defina como un Estado judío "es una contradicción con el hecho de tener una gran minoría no judía que suponga un 20 por ciento de la población".

De la misma opinión es el secretario general de la Asamblea Nacional Democrática, Awad Abdelfattah, un partido árabe con tres diputados en la Kneset, quien considera que "la Kneset es una cámara judía que hace leyes en interés de los judíos", y se queja de que la Comunidad Internacional "ha olvidado el sufrimiento de los palestinos en Israel".

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