Este artículo se publicó hace 16 años.
Miles de personas permanecen en las áreas más amenazadas por "Gustav"
Miles de personas, entre ellas cientos de trabajadores hispanos, permanecen hoy en el distrito de Plaquemines y otras áreas del sur de Nueva Orleans que, según las autoridades, son las más amenazadas por las marejadas que levantará el huracán "Gustav".
El plan de evacuación de Nueva Orleans que comenzó el sábado y debía estar completado hoy, domingo, ha llenado las carreteras y autopistas de miles de vehículos, pero mucha gente no tiene medios para salir de la ciudad.
El alcalde de Nueva Orleans, Ray Nagin, advirtió de que nadie puede quedarse dentro de la ciudad, sobre todo en las zonas más peligrosas, porque las marejadas pueden alcanzar más de siete metros.
Nagin volvió hoy a insistir en el peligro enorme de "Gustav" al que calificó de "la tormenta del siglo" y "la madre de todas las tormentas".
Los diques y terraplenes a lo largo de la desembocadura del río Misisipi tienen una altura de cinco a seis metros de elevación porque se teme que se produzcan inundaciones.
Las autoridades del municipio de Jefferson, que emitieron el sábado una orden de evacuación, advirtieron hoy que los últimos autobuses para la evacuación de personas sin medios de transporte propio, partirán esta mañana.
El Centro Nacional de Huracanes prevé que "Gustav" llegue a algún punto de la costa de Luisiana el lunes como un huracán "extremadamente peligroso" de categoría 4 con vientos superiores a los 220 kilómetros por hora.
La advertencia de huracán se extiende desde los municipios de Cameron, en el oeste de Luisiana junto al limite con Texas, hasta las costas de Misisipi y Alabama.
Mas de un millón de personas están alejándose de las costas, arrasadas hace tres años por los huracanes "Katrina" y "Rita".
El presidente George W. Bush se puso en contacto con los gobernadores de los estados de Texas, Luisiana, Misisipi y Alabama para asegurarles que el gobierno federal proveerá asistencia, tanto para lidiar con la emergencia, como para la atención de damnificados una vez que pase el huracán.
Una emisora hispana de radio de la localidad de Plaquemines informó de que hay cientos de mexicanos, hondureños, guatemaltecos y salvadoreños, que trabajan en la ganadería, la pesca y servicios petroleros, que no han abandonado el área de tierras bajas en el delta del Misisipi.
Uno de los problemas es que esos inmigrantes no tienen acceso a información adecuada en español, y no saben donde pueden ser recogidos por los servicios públicos, y no tienen tampoco adonde irse en otras zonas del estado hasta que pase la tormenta.
En varias de los municipios al sur y el oeste de Nueva Orleans se implantará un toque de queda desde el anochecer hasta el amanecer a partir de la noche del domingo, y se ha advertido que los residentes que hayan decidido quedarse no podrán andar por las calles.
"Cualquier persona que ande por las calles será detenida, y si no está en vías de abandonar su casa, será arrestada", dijo Steve Carrraway, jefe de la policía en la localidad de Kenner, 20 kilómetros al oeste de Nueva Orleans.
El gobernador de Luisiana, Boy Jindal, ha movilizado unos 7.000 soldados de la Guardia Nacional del Estado e indicó que vendrán soldados de Guardia Nacional de Oklahoma y Kentucky para ayudar en la provisión de seguridad y en el tendido de bolsas llenas de arena, la movilización de vehículos de transporte publico, y la distribución de agua potable.
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