Este artículo se publicó hace 14 años.
Los militares se afianzan en el poder a dos días de la liberación de Suu Kyi
A dos días de que expire el arresto de la líder de la oposición birmana Aung San Suu Kyi, su mayor rival y jefe de la Junta Militar, general Than Shwe, apuntala en el poder a sus acólitos para continuar gobernando Birmania.
Los accesos a la vieja vivienda de estilo colonial británico en la que la Nobel de la Paz ha estado cautiva 15 de los últimos 21 años por su resistencia pacífica contra el régimen, permanecían hoy bloqueados con empalizadas y alambradas de espino.
En los dos controles de seguridad levantados a lo ancho de la avenida de la Universidad de Rangún y situados a medio centenar de metros de distancia el uno del otro, la Policía montaba guardia con los fusiles al lado.
La casa que Suu Kyi heredó, y a la que recientemente sustituyeron parte de las tejas encarnadas para resolver problemas de goteras, da la sensación de estar abandonada cuando se observa su parte trasera desde el otro lado del lago Inya.
Las ventanas de esta vivienda de dos alturas están cerradas, la pintura ha desaparecido de las paredes exteriores y la maleza ha crecido por todo el solar que ocupa.
El único signo de vida que se aprecia es el que dan los policías apostados bajo un chamizo levantado en la parte posterior de la casa para evitar que ninguna persona se cuele cruzando a nado el lago por el que pasean las parejas a la puesta del sol.
Suu Kyi cumple en estos momentos las últimas horas de una pena de 18 meses de arresto domiciliario por transgredir el que comenzó en mayo de 2003, después de que fuera atacada con sus seguidores en el norte del país por partidarios de la milicia gubernamental.
El ataque perpetrado por este grupo paramilitar, cuya estructura ha servido al Gobierno para crear el Partido del Desarrollo y Solidaridad de la Unión que ha vencido los comicios celebrados el pasado domingo, arrojó cerca de 70 muertos y decenas de heridos.
Según las cuentas que hacen las personas más cercanas a la Nobel de la Paz, su arresto vence, en teoría, este sábado 13 de noviembre aunque, hasta el momento, ningún destacado miembro de la Junta Militar ha comentado que la vayan a liberar esa fecha.
"Ya se inventarán una excusa para que continúe detenida. Así lo han hecho siempre", señala a Efe un estudiante que se identifica como Moe, mientras observa a distancia la vivienda de la "Dama", como la llaman la mayoría de los birmanos.
En agosto del año pasado, Suu Kyi fue condenada a otros 18 meses por cobijar durante dos noches en su casa al estadounidense John Willian Yettaw, un desconocido que se coló en la casa en mayo tras cruzar a nado el lago.
El triunfo del partido del régimen birmano en las elecciones del pasado domingo solidifica en el poder a los militares que gobiernan el país desde hace más de medio siglo, pero no resuelve el choque entre el poderoso jefe de la Junta Militar, general Than Shwe, y la mujer de mayor estatura política que tiene Birmania.
El conflicto entre Suu Kyi y Than Shwe, de quien se dice que ha dado órdenes de no pronunciar el nombre de la activista en su presencia, ha dominado la escena política birmana desde que este asumió la jefatura de la Junta Militar, en 1992.
Desde entonces, Than Shwe, de quien se comenta que es un experto en la guerra psicológica, ha mantenido a la Nobel de la Paz cautiva y ha encarcelado, repetidamente, a los miembros de la Liga Nacional por la Democracia, la formación con la que Suu Kyi ganó los comicios de 1990, y cuyos resultados jamás fueron reconocidos por los generales.
El general Than Shwe, quien no ha concurrido con su candidatura a los comicios parlamentarios y tampoco ha dado una señal de qué papel se reserva en el próximo gobierno, parece que continuará manejando los hilos del poder desde el cargo de presidente de Birmania.
Miguel F. Rovira
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