Este artículo se publicó hace 14 años.
Los ministros de Finanzas europeos vuelven a analizar la crisis fiscal en Grecia
Grecia volverá a centrar las reuniones de los ministros de Finanzas europeos que se celebrarán esta semana en Bruselas, después de que los líderes acordaran el jueves apoyar a este país de la zona euro, que vive una grave crisis de credibilidad debido a la mala situación de sus cuentas públicas.
Tanto los ministros de la zona euro, que se reunirán hoy en el marco del Eurogrupo, como los de la UE, que el martes participarán en el Consejo Ecofin, van a concentrar sus trabajos en el análisis del drástico plan de ajuste y las reformas estructurales que Grecia necesita para evitar la quiebra, cuyos efectos amenazan a toda la Eurozona.
Está previsto que los ministros hagan el "seguimiento" de las decisiones de la reciente cumbre durante el desayuno de trabajo que ha convocado para el martes la ministra española de Economía y Hacienda, Elena Salgado, presidenta del Ecofin este semestre.
Pero los miembros de la zona euro, bajo la presidencia del luxemburgués Jean-Claude Juncker, podrían intentar avanzar este lunes en la definición de un verdadero plan de rescate para Grecia, sobre cuyos detalles nada ha trascendido.
Los gobernantes europeos expresaron el pasado jueves su apoyo político al Gobierno griego mediante una declaración en la que los dirigentes de la Eurozona prometieron que tomarán "medidas decididas y coordinadas, si fuera necesario, para preservar la estabilidad de la zona euro en su conjunto".
No concretaron sin embargo qué tipo de medidas serían ésas, si llegara el caso de que el Estado griego no pudiera financiar su endeudamiento por la vía normal del mercado.
El Gobierno alemán se resiste, según algunas fuentes, por razones tanto políticas como jurídicas, a lo que en Atenas -y en otras capitales poco dadas al rigor- podría interpretarse como un cheque en blanco.
Esta semana, en espera de la reacción de los mercados, los socios europeos volverán a dirigir toda la presión sobre el Gobierno de George Papandreu, para que se tome en serio a pesar de las protestas populares la urgencia del ajuste y acepte incluso sacrificios adicionales.
El Ecofin adoptará, por un lado, el programa actualizado de estabilidad de Grecia, en el que figura el compromiso del Gobierno de reducir en 4 puntos porcentuales, del 12,75% al 8,7% del PIB, el déficit público en 2010, acompañado de una larga lista de recomendaciones.
Los europeos instarán a las autoridades griegas a tomar drásticas medidas en lo que respecta a los salarios y emprender reformas estructurales en las pensiones, el sistema sanitario, la administración pública, el mercado de bienes, el uso de los fondos europeos y el sector bancario, entre otras.
En segundo lugar, seguirán adelante con el procedimiento sancionador por déficit excesivo, tras haber constatado que Atenas no sólo no cumplió lo que se le recomendó en abril, sino que volvió a manipular las estadísticas de déficit que envió a Bruselas.
El Ecofin pondrá en marcha un mecanismo de vigilancia reforzada previsto en los tratados para casos de incumplimientos graves, lo que supone poner bajo tutela las cuentas del Estado miembro afectado.
La Comisión Europea hará en marzo su primera evaluación del impacto de todas las recomendaciones y será entonces cuando proponga, si es necesario, "medidas adicionales", ha anunciado el nuevo comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, el finlandés Olli Rehn.
Al margen del problema griego está previsto que los ministros de Finanzas de la UE discutan el martes propuestas como las anunciadas por el presidente estadounidense, Barack Obama, para restringir las actividades especulativas de la banca y hacerle devolver el dinero público usado en su rescate.
Los responsables económicos europeos debatirán estas propuestas, relacionadas con la responsabilidad del sector financiero en la crisis, durante el desayuno del martes y las incorporarán a la agenda de la reunión informal que tendrá lugar en abril próximo en Madrid.
La víspera, los ministros de Finanzas de los países de la moneda única tienen previsto elegir al candidato a la vicepresidencia del Banco Central Europeo, para sustituir al griego Lucas Papademos, cuyo mandato finaliza el 31 de mayo.
La sustitución del futuro número dos de la institución fue abordada en la reunión de enero, pero se retrasó debido a las dudas de los ministros sobre el sistema de votación, que requerían la aclaración de los servicios jurídicos.
Las dudas provienen del hecho de que, por primera vez desde la creación de la unión monetaria, no existe un único aspirante al cargo sino tres.
La terna está compuesta por Yves Mersch, gobernador del Banco Central de Luxemburgo; Vitor Constancio, responsable del regulador de Portugal; y Peter Praet, director ejecutivo de la entidad belga.
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