Las palabras de Fidel Castro nunca caen en saco roto. La bomba informativa de su última carta es que el líder cubano deja entrever por primera vez que en su cabeza ya no entra regresar al poder que cedió a su hermano Raúl hace 17 meses.

Para ello, sirvieron los dos últimos párrafos de un extenso texto sobre el cambio climático: 'Mi deber elemental no es aferrarme a cargos, ni mucho menos obstruir el paso a personas más jóvenes, sino aportar experiencias e ideas cuyo modesto valor proviene de la época excepcional que me tocó vivir'.

Fuentes conocedoras del peculiar carácter del presidente de Cuba señalaron ayer a Público que, a pesar de las especulaciones desatadas en la prensa mundial sobre su renuncia a volver al primer plano de la actualidad, 'Castro es imprevisible y sus palabras no pueden leerse de forma literal.

Habrá que esperar a un próximo artículo para conocer el calado de esta declaración, pero no habrá un retiro de la política'. Estas mismas fuentes se inclinan a pensar que el líder revolucionario reforzará su papel como asesor del actual Ejecutivo de La Habana.

Al cabo de la calle

Según aseguró recientemente el presidente en funciones, Fidel es informado puntualmente y consultado sobre las principales decisiones de Estado. Durante los últimos nueve meses ha publicado periódicamente editoriales en la prensa oficial, principalmente sobre asuntos internacionales.

Fidel Castro, aunque convaleciente de una grave enfermedad, acaba de ser postulado como candidato al Parlamento cubano por el municipio de Santiago.

Si se cumplen las previsiones de algunos analistas internacionales, el veterano mandatario podría formalizar su retiro en marzo del 2008, fecha en la que el Parlamento debe elegir al nuevo presidente del Consejo de Estado, cargo que ocupa desde hace mas de 30 años.

En su ausencia, su hermano Raúl, un general cinco años más joven que el presidente, ha reforzado su liderazgo y ha abierto un debate sobre los principales problemas económicos que atenazan a Cuba.

El propio Fidel reconoce en esta misiva que el modelo cubano tiene que ser sometido a cambios y que no será un camino de rosas.

'Los problemas actuales de la sociedad cubana requieren más variantes de respuesta que las contenidas en un tablero de ajedrez', declara en un escrito demasiado misterioso.

El escritor mexicano Carlos Fuentes, articulista habitual de la compleja situación que atraviesa la Isla, aseguró recientemente que ha comenzado una transición política definitiva.

'Raúl Castro, con toda la cautela que el caso requiere, ha enviado mensajes insólitos de apertura a los cuales la sociedad cubana ha dado respuestas esperanzadoras. Se trata de un asunto difícil: el movimiento de la sociedad y del Estado hacia un sistema más abierto, más democrático', señaló el novelista latinoamericano.

Momento decisivo

El filósofo estadounidense James Petras, uno de los críticos más respetados por La Habana, admite que se ha llegado al momento decisivo para conocer el destino del socialismo cubano.

En su opinión, el éxito de las tímidas reformas iniciadas en el últimos año y medio se verá en los próximos meses: 'Dependerá de la superación del colapso de sus relaciones comerciales, de la reestructuración de su economía planificada y de la supervisión de las prácticas oscuras de la administración'.

En todo caso, nadie duda de que el veterano líder 'es el jefe de la revolución y seguirá siendo el jefe de la revolución', indican fuentes bien informadas.

En la trinchera de su enemigo estadounidense, la carta y los rumores de su retiro fueron recibidos con cautela y un cierto optimismo.

La portavoz de la Casa Blanca, Dana Perino, calificó el mensaje de 'interesante' aunque reconoció 'no saber qué está diciendo o qué quiere decir'.

No es para menos. La misiva de Castro tiene un final abierto: 'Pienso, como Niemeyer, que hay que ser consecuente hasta el final'. Se refiere al arquitecto brasileño Oscar Niemeyer, un veterano comunista que el pasado fin de semana cumplió 100 años. En agosto, Fidel cumplirá 82.