Este artículo se publicó hace 17 años.
Las mochilas bien puestas dañan menos la espalda que los carritos de libros
Una mochila de libros "bien colocada" es más recomendable para los niños que los carritos con ruedas que se han impuesto en los últimos tiempos, según asegura el responsable de la Unidad de Columna del Servicio de Rehabilitación del Hospital Universitario Reina Sofía, Manuel Arias.
Arias explicó a Efe que, aunque el carrito quite peso a los niños sobre la espalda, hay barreras arquitectónicas como los bordillos o las escaleras en los que el niño "tiene que coger la mochila de lado y hacer un esfuerzo con los brazos".
Señaló que el uso del carrito "no contribuye a deformar la columna del niño, si bien puede dañar los discos de la cintura" por la postura que toma el menor.
El peso ideal para las mochilas de los niños puede oscilar entre el 3 y el 5 por ciento del peso que tenga el menor, además de que ésta debe estar colgada de las dos asas y con un cinturón alrededor de la cintura, ya que así "se pega más al cuerpo y no ejerce un vector de fuerza hacia atrás".
Manuel Arias manifestó que el peso de la mochila "debe ir bien distribuido", de tal forma que "lo que pese más vaya más pegado a la espalda del niño".
El responsable de la Unidad de Rehabilitación de la Espalda explicó que la desviación empieza en la adolescencia cuando los niños comienzan "a dar el estirón" y se debe a las malas posturas, al haber llevado pesos importantes o a presentar una predisposición genética.
Informó de que en los niños "es más frecuente" la cifosis, coloquialmente conocida como "chepa", que supone la inclinación hacia delante de las vértebras por factores genéticos o "por la timidez", mientras que en las niñas "es más frecuente la escoliosis", que es la desviación lateral de las vértebras.
Arias reiteró que "dependiendo de la evolución de los tratamientos en los pacientes será o no necesario que el niño pase por el quirófano".
Por ello manifestó que hay casos en los que, a pesar de que el niño haya seguido un tratamiento riguroso con un corsé y ejercicios, finalmente tiene que ser intervenido quirúrgicamente porque la escoliosis ha tenido una mala evolución, si bien "hay otros que con un tratamiento sencillo logran corregir la desviación".
Aunque el niño no presente ningún tipo de desviación de la columna vertebral por el peso de la mochila, Arias indicó que "puede tener dolor de espalda que le interfiera en el sueño".
Así, ante una dolencia en la espalda, el niño tiene que visitar primero al pediatra para después pasar, si lo necesita, a rehabilitación.
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