El escritor, periodista y profesor cubano Carlos Alberto Montaner ha expuesto hoy un decálogo de razones para explicar porqué el comunismo no se adapta a la naturaleza humana.

Así lo ha indicado durante la presentación de su libro "La última batalla de la Guerra Fría. Cómo y por qué se hundió el comunismo", publicado por Gota a Gota, con la participación del ex presidente del Gobierno, José María Aznar.

Al acto, ha asistido la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, así como la delegada de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid, Ana Botella, entre otras autoridades.

Entre las causas profundas del desplome del comunismo, Montaner ha citado el conflicto entre el colectivismo y la represión del ego, así como el altruismo abstracto del comunismo frente al altruismo selectivo del ser humano.

Ha comentado que la desaparición de los estímulos materiales como recompensa de los esfuerzos provoca un distanciamiento creciente de las personas con el sistema.

Además, el autor ha criticado la falta solidaridad colectiva y el debilitamiento del bien común en las sociedades comunistas y ha señalado que "las tendencias naturales de los seres humanos no van en esa dirección porque cuando todo es de todos, nada es de nadie".

Otro elemento que provoca un divorcio entre el sistema comunista y el ser humano es la ruptura de los lazos familiares, según Montaner, quien ha criticado estas sociedades, que crean "establos" para colocar a las personas que "deben obedecer las instrucciones del Estado".

El autor se ha referido al síndrome de indefensión que sufren los ciudadanos y a la creación de hombres y mujeres "parásitos" en las sociedades comunistas, cuyo principal elemento de cohesión es el miedo y la consecuencia es la mentira.

Para Montaner, el fracaso del comunismo también se explica por la desaparición de las tendencias competitivas de los seres humanos y por la necesidad de libertad e información para favorecer la toma de decisiones.

Ha opinado que, por estas razones, se produjo el derrumbe del Muro de Berlín en 1989 y ha expresado su deseo de que alguna día pase en Cuba.