Este artículo se publicó hace 15 años.
Moscú y Minsk crean un sistema de defensa antimisiles en la frontera con la OTAN
Rusia y Bielorrusia anunciaron hoy la creación de un sistema conjunto de defensa antiaérea, que incluirá unidades de aviación y misiles interceptores y estará emplazado en la frontera con la OTAN.
"Este sistema aumentará considerablemente la capacidad defensiva de Rusia y Bielorrusia", señaló el presidente ruso, Dmitri Medvédev, tras reunirse con su colega bielorruso, Alexandr Lukashenko, en el Kremlin, según las agencias rusas.
El sistema de defensa antiaérea incluirá cinco unidades de aviación de guerra, diez estaciones de cohetes interceptores, cinco estaciones de radio y una base de lucha radio-electrónica.
Estos elementos estratégicos se desplegarán tanto en la frontera de la Rusia continental con los tres países bálticos -Estonia, Letonia y Lituania-, miembros de la OTAN desde 2004, como en el enclave báltico de Kaliningrado, limítrofe con Lituania y Polonia, y en Bielorrusia.
Bielorrusia, por su parte, comparte frontera con Rusia, Ucrania y también con otros tres países de la Alianza Atlántica: Lituania, Letonia y Polonia.
A su vez, Lukashenko afirmó que Moscú y Minsk "están plenamente dispuestos a adoptar decisiones radicales en materia militar y de defensa espacial".
Al respecto, el ministerio de Defensa ruso ha prometido a Minsk que le seguirá suministrando armamento -Lukashenko está interesado en las baterías de misiles rusas S-300- a precios subsidiados.
El comandante el jefe de la Fuerza Aérea Rusa, general Alexandr Zelin, comentó hoy que Bielorrusia se convierte así en el primer eslabón de la defensa del espacio aéreo conjunto ruso-bielorruso frente a la OTAN.
Además, señaló que el sistema reforzará el control del espacio aéreo en las fronteras occidentales de Rusia y Bielorrusia, es decir, de los países bálticos hasta Ucrania, según la agencia Interfax.
Por su parte, el jefe de la comisión de Defensa de la Duma rusa, Víctor Zavarzin, considera que el sistema de defensa antiaérea "será un factor disuasorio ante posibles amenazas procedentes del exterior".
Precisamente, en Polonia y también en la República Checa es donde EEUU tiene previsto emplazar elementos de su escudo antimisiles, que Moscú considera una "amenaza directa" para su seguridad.
Rusia considera que el radar que EEUU tiene previsto emplazar en territorio checo permitiría al Pentágono controlar las bases de misiles estratégicos situadas en la parte europea de Rusia y los submarinos nucleares de la Flota del Norte.
Mientras, los misiles interceptores en suelo polaco podrían abatir cohetes rusos durante la fase inicial de lanzamiento.
El líder bielorruso, considerado el "último dictador de Europa" por la Casa Blanca, se muestra asimismo muy crítico tanto con los planes estadounidenses de desplegar elementos de su escudo antimisiles en Europa Oriental como con la expansión de la OTAN.
El nuevo presidente estadounidense, Barack Obama, aseguró a su llegada al poder que su administración estudiaría concienzudamente la utilidad y conveniencia de la presencia del escudo antimisiles en el continente europeo.
En respuesta, el Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Rusia anunció la pasada semana la congelación de sus planes de desplegar misiles Iskander en Kaliningrado.
"Rusia no tiene necesidad de desplegar cohetes tácticos Iskander si Estados Unidos no emplaza elementos de su escudo antimisiles en Europa Oriental", señaló la fuente.
No obstante, el ministerio de Defensa salió al paso de esas afirmaciones al asegurar que el Kremlin no puede suspender un plan sobre el papel que nunca llegó a ponerse en marcha, y definió el despliegue de los Iskander como una de las posibles respuestas al escudo antimisiles norteamericano.
Los tres países bálticos, que han exhortado a la OTAN a incrementar las patrullas aéreas en la frontera con Rusia, suscribieron en 2007 un acuerdo para crear un sistema de defensa aérea colectiva.
Desde su ingreso en la OTAN, aviones aliados han asumido las tareas de vigilancia del espacio aéreo báltico en línea con el régimen de defensa colectiva que la Alianza brinda a sus miembros y también porque esos países carecían de defensa antiaérea propia.
Desde entonces, el espacio aéreo de los tres países bálticos ha sido controlado por cazas de España, Bélgica, Dinamarca, el Reino Unido, Noruega, Alemania, Estados Unidos, Polonia y Turquía.
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