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¡Mourinho, sal del banquillo!

La afición culé, sin clemencia con el luso en el día del 111 aniversario del club

CESC GUIMERÀ

Fue una noche de tanto fútbol como de bronca. De pases de play entre los jugadores del Barça, como de bajos instintos en las tanganas. De un enemigo común para todo el Camp Nou: Jose Mourinho. El técnico que acabó escondido en el banquillo ante la petición coral de la grada: ¡Mourinho, sal del banquillo! El portugués exacerbó los decibelios de la afición. El volumen de la crítica fue atronador, incluso superior a las primeras visitas de Figo vestido de blanco. El grito salió de la superioridad azulgrana, de otra goleada en un clásico, estas vez el día en que el Barça cumplía 111 años.

Desde primera hora de la mañana se olía un ambiente especial en los aledaños del Camp Nou. La reventa funcionaba a todo ritmo (se pagaron hasta 3.000 euros por una localidad) y algunos aficionados, ingenuos o desorientados, se lanzaron en una infructuosa búsqueda por una entrada en las taquillas del club.

Un par de horas antes del inicio del encuentro, muchos seguidores ya se habían congregado en las puertas del estadio aunque esperaron hasta un cuarto de hora antes del
pitido inicial para ocupar sus localidades.

El himno sonó en dos ocasiones, primero cantado a capella por los seguidores

En la grada, inevitables referencias al histórico 2-6 y a Mourinho, entre ellas un pancarta con el lema 'Fantasmou, fuera del Camp Nou'. El técnico también fue el objetivo de los cánticos de los primeros aficionados que se congregaron el las gradas y que pudieron evitar los monumentales atascos que colapsaron las principales vías de acceso al Camp Nou. Tres ilustres culés y campeones en todas las categorías del mundial de motociclismo, Marc Márquez, Toni Elías y Jorge Lorenzo, recibieron, todos enfundados en sus respectivas camisetas del Barça, el homenaje de los seguidores pocos minutos antes del comienzo del partido.

De forma excepcional, el himno sonó en dos ocasiones, primero cantado a capella por los seguidores y después para acompañar la salida de los jugadores al terreno de juego. Como en la grada, en el palco del Camp Nou también se notó el ambiente de las grandes ocasiones. Ninguna personalidad quiso perderse el partido y Rosell y Florentino estuvieron acompañados, entre otros, por el todavía presidente de la Generalitat, José Montilla, el ex presidente Pasqual Maragall y el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu. Artur Mas, ganador de las elecciones catalanas del pasado domingo, prefirió disfrutar el partido desde su habitual localidad de socio.

Un espectacular mosaico formado por 100.000 cartulinas en las que se podía leer T'estimo Barça (Te quiero Barça) cubrían todas las localidades del estadio con los colores azulgrana y de la senyera. El estadio no bajó la guardia en ningún momento, mantuvo la concentración, coreó todas las acciones y protestó las decisiones de Iturralde. Sonaron los primeros olés en el minuto 17 y se repitieron en cada combinación.

La grada se encendió con la tangana provocada por la enganchada entre Guardiola y Cristiano

La grada se encendió con la tangana provocada por la enganchada entre Guardiola y Cristiano. Fue la chispa que encendió los ánimos. Volvieron los cánticos alusivos al origen del de Madeira (antes principalmente dedicados a Mourinho) y el estadio se volcó contra él de forma especial. Una sonora pitada acompañaba cada acción del 7 madridista. En especial, en la jugada en la que CR7 reclamaba penalti en su encontronazo con Valdés.

El descanso apaciguó los ánimos de la hinchada. Pero fue únicamente una toma de oxígeno. El público no se soltó hasta que Villa sentenció el clásico con el 3-0 en el minuto 54. El resto fue una fiesta desbocada, completada con los cánticos contra Mourinho. El repetido '¡Mourinho, sal del banquillo. Mourinho, sal del banquillo!' ensordecía a los olés con los que Jefren cerró la goleada. La roja a Ramos cerró la última tangana, antes del saludo final entre Pep y Mourinho.

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