Este artículo se publicó hace 15 años.
Los móviles y los "stabiles" de Calder conquistan Roma
Los móviles y los "stabiles" del artista estadounidense Alexander Calder se exponen desde mañana en el Palacio de Exposiciones de Roma, donde además se documenta su recorrido creativo, desde sus inicios figurativos, con óleos, gouache y escultura de hilos metálicos, a los bronces de los años 30.
La exposición titulada "Calder" muestra los inicios de la carrera del escultor (Filadelfia, 1898-1976) marcados por sus largas estancias en París y por su amistad con Léger, Duchamp, Miró, Mondrian y otros exponentes de la vanguardia artística, época de la que se muestran trabajos como "Romulus and Remo", "Hercules and Lion" o "Circus Scene".
También se exhiben el grupo de pequeños bronces que Calder realizó en París en torno a 1930, figuras de acróbatas o contorsionistas y la celebre escultura "Croisière" de 1931, que documentan su adhesión a la abstracción, acaecida tras una visita de Mondrian a su estudio parisino en octubre de 1930.
Calder, quien en su juventud siguió estudios de ingeniería mecánica, utilizó su genio innovador para revolucionar el curso de la historia moderna.
El primer paso fue la elaboración de una técnica moderna de escultura; delinear las masas sugiriendo el volumen con unos pocos hilos metálicos, explicó el comisario de la muestra, Alexander S.C. Rower.
Pero fue en 1931 cuando obtuvo la fama con la invención de los móviles, como los bautizó Duchamp, esculturas móviles compuestas por elementos abstractos y de colores que, suspendidas generalmente desde el techo, se mueven con el aire siguiendo una armonía equilibrada y siempre distinta, agregó.
Esculturas, continuó, en las que el artista armonizó forma, color y un movimiento real, concibiéndolas como un universo en el que cada elemento puede moverse, pararse y oscilar delante que reflejaran, gracias a su dinamismo, los efectos cambiantes de la luz.
La gran atracción de la muestra es uno de los primeros ejemplares de móviles y el más conocido, "Untitled" (1933), del Museo Ludwig de Colonia; junto a "Roxbury Flurry" (1946) y "Big Red", (1959) del Whitney Houston de Nueva York, y "Cascading Flowers (1949), de la National Gallery of Art de Washington, entre otros.
En Roma está expuesto además el móvil monumental, con un diámetro de ocho metros, colocado permanentemente en el interior del aeropuerto de Pittsburg y prestado excepcionalmente para esta exposición.
El mismo Calder argumentó así la revolución de las esculturas móviles en una entrevista al "New York World Telegram" en 1932:
"¿Por qué el arte debe ser estático? Si observáis una obra abstracta, ya sea una escultura o un cuadro, veis una intrigante composición de planos, esferas y núcleos que no tienen sentido. Será perfecto, pero es un arte estático. El paso siguiente en la escultura es el movimiento".
Allí nacieron sus móviles, la más relevante innovación expresiva de la modernidad, que obtuvieron gran popularidad en su época.
También en los años 30 realizó los primeros "stabiles", esculturas estáticas bautizadas así por Jean Arp, sin la característica de la obra cinética y "que obligan a caminar alrededor o pasar por medio, al contrario de los móviles, que "danzan frente a ti", como dijo el comisario.
Se trata de esculturas a menudo coloreadas y con una fuerte carga de vitalidad, abstracción geométrica y también monumental como "La Grande Vitesse", "Sabot" o "Spinny", presentes en la exposición.
Calder renovó el concepto de escultura "pública" con estas esculturas de grandes dimensiones perfectamente integradas en los ambientes para los que habían sido pensadas.
Y para completar el recorrido artístico del autor estadounidense, se exhiben 80 fotografías del italiano Ugo Mulas (1928-1974) sobre Calder y su obra, que muestran al escultor en su quehacer artesanal o el "baile" de sus revolucionaros móviles.
Carmen Postigo
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