Público
Público

El movimiento 15M y los partidos, una relación imposible

EFE

El 15M irrumpió de forma tan abrupta en el escenario social y político español, en plena campaña para las elecciones municipales, que casi todos los partidos se apresuraron a hacer suyos los postulados de este movimiento. Un año después, la constatación es clara: la relación entre ambos ha sido imposible.

La plataforma, que surgió de manera espontánea convocada a través de las redes sociales, consiguió poner en vilo a las principales fuerzas políticas españolas justo unos días antes de los comicios del 22 de mayo, aunque su amenaza fue más testimonial que otra cosa.

Sin embargo, el movimiento no se amilanó; creció y se propagó, ocupó plazas públicas en todas las ciudades españolas y sus voces no cesaron, por lo que los partidos no tuvieron más remedio que escucharlas.

Contribuyó a ello el adelanto de los comicios generales, anunciado por el entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, a finales de julio, cuando el movimiento seguía acampado en la Puerta del Sol.

Hasta allí se acercaron algunos dirigentes políticos, como el líder de IU, Cayo Lara, y otros, sin llegar hasta Sol, se pusieron en contacto con los responsables del 15M, jóvenes que prefirieron el anonimato, para conocer sus reivindicaciones.

Inmediatamente las maquinarias de los partidos se pusieron a trabajar para incluir en su programas algunas de las propuestas del movimiento con el fin de lograr el respaldo en las urnas de sus seguidores, y eso a pesar de que el 15M propugnaba la abstención.

Fue Izquierda Unida la fuerza política que más propuestas del movimiento recogió, aunque alguna de ellas, como la reforma de la Ley Electoral, ya era una de las reivindicaciones históricas de la organización que lidera Cayo Lara, toda vez que el actual sistema electoral le perjudica.

Otra de las propuestas del 15M que recogieron algunos programas electorales fue la dación en pago, que consiste en que la entrega de la vivienda sirva para saldar una hipoteca.

Algo se ha hecho en este sentido. El Gobierno aprobó el pasado mes de marzo un código de buenas prácticas para que la banca pueda frenar los desahucios al aceptar que una familia en riesgo de exclusión social salde su hipoteca con la entrega de su vivienda, que no podrá costar más de 200.000 euros.

Y precisamente para los bancos el 15M pedía un control exhaustivo de los sueldos de sus altos cargos. ¿En qué ha quedado? En la decisión del Ejecutivo de Mariano Rajoy de limitar el sueldo de los directivos, pero solo de las entidades que hayan sido intervenidas.

Pese a que en los programas de los partidos no faltan alusiones a las medidas contra la corrupción política, algunos hicieron caso omiso de la petición del 15M de desalojar a los corruptos del poder e incluyeron en sus listas electorales a personas imputadas por supuestos delitos de ese tipo.

Casi de forma unánime, los partidos sí se hicieron eco de algo que caracteriza al movimiento: la participación ciudadana. Así, algunos como IU o PSOE abrieron sus programas a todos aquellos que quisieran participar en su elaboración.

Un ejemplo de ello fue la puesta en marcha en el PSOE de la iniciativa "Diálogos en red", una plataforma de participación ciudadana a través de Internet que invitaba a los electores a aportar sus sugerencias.

De todos modos, tal y como reflejó el estudio postelectoral que el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) difundió tras las elecciones del 22 de mayo, siete de cada diez españoles opinaron que las movilizaciones del 15M no influyeron nada a la hora de decidir su voto.

Y eso a pesar de que nueve de cada diez conocen el movimiento y un alto porcentaje simpatiza más o menos con él, según otro estudio posterior del CIS.

Hay quien opina, no obstante, que UPyD ha sido uno de los partidos más favorecidos electoralmente por la movilización de esa plataforma.

¿Qué queda de la relación partidos-15M? Más bien poco. Aunque algunas fuerzas políticas intentaron patrimonializar el movimiento, éste ha tratado en todo momento de alejarse de ellas con alguna que otra excepción.

La más señalada, la del diputado de IU Alberto Garzón, un exdirigente del movimiento del 15M en Málaga que ahora ocupa escaño en el hemiciclo del Congreso.

Eva Ortega

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias