Este artículo se publicó hace 17 años.
Mubarak y Olmert señalan 2008 como la fecha para un acuerdo de paz
El primer ministro israelí, Ehud Olmert, y el presidente egipcio Hosni Mubarak señalaron hoy 2008 como el año en que podrá alcanzarse un acuerdo de paz en Oriente Medio y que pase por la creación de un Estado palestino.
Mubarak y Olmert se entrevistaron hoy en Sharm el Sheij, en la península del Sinaí, y coincidieron en que la próxima cumbre de Annapolis (EEUU), prevista para antes del fin de noviembre, marcará el comienzo de unas negociaciones duras, pero que podrían fructificar a lo largo del año que viene.
"El objetivo de Annapolis es iniciar negociaciones serias que conduzcan a una solución que termine con el establecimiento de dos estados. Espero que alcancemos una solución definitiva en 2008", aseguró Olmert en una rueda de prensa posterior a la entrevista.
Aunque la simple mención de una fecha aún está muy lejos de las pretensiones de los países árabes, que demandan un calendario concreto hacia la llamada "solución definitiva", sí supone un avance con respecto a anteriores declaraciones de Olmert, normalmente reticente a hablar de plazos.
Mubarak incidió en esta misma línea cuando aseguró que la secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice, también le ha comunicado que las negociaciones "darán resultado dentro de un año".
"Ha llegado el momento de dar un nuevo impulso a los esfuerzos. Egipto ha abierto el camino para la paz y seguirá con sus movimientos para conseguirla", agregó el egipcio.
La entrevista entre los dos mandatarios se desarrolló en un clima cordial y entre constantes menciones al histórico discurso del fallecido presidente egipcio Anuar el Sadat ante la Kneset (Parlamento israelí), hace hoy mismo 30 años.
Sin embargo, en su comparecencia ante la prensa, Mubarak y Olmert pasaron de puntillas sobre uno de los asuntos clave que el israelí traía en su agenda: la asistencia del resto de países árabes a la conferencia de Annapolis.
Según dijo a Efe un portavoz israelí de Exteriores, Israel ya ha hecho gestos "más que de sobra" de buena voluntad hacia los árabes, por lo que tienen esperanzas de que se concrete la participación en Annapolis de países como Arabia Saudí o Siria, de importancia capital en la región.
"Annapolis será la prueba que sitúe a cada uno. Quien quiera la paz, acudirá a la conferencia. Si no, demostrarán que están al lado de Irán y de quienes no quieren la paz", dijo el portavoz, Ofir Gendelman.
Sin embargo, aunque Egipto ha confirmado prácticamente su asistencia -a falta de recibir la invitación estadounidense, presumiblemente hoy-, fuentes egipcias explicaron a Efe que ven muy complicada la participación de los saudíes y de Siria, enemigo declarado del Estado hebreo.
"Olmert puede pedir a Mubarak que apoye la conferencia, pero no que convenza a los demás países árabes para que participen", dijo la fuente, que pidió el anonimato.
Los ministros de Exteriores de los países miembros de la Liga Árabe se reunirán el próximo viernes en El Cairo para tratar de consensuar cuál será su representación en la conferencia de Annapolis.
Fuentes diplomáticas dan casi por seguro que Arabia Saudí y Siria no contará con representación de alto nivel y el propio portavoz israelí reconoció que sería "una gran sorpresa" la presencia del ministro de Exteriores sirio, Walid al Muallem.
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