Este artículo se publicó hace 15 años.
Mueren abrasados siete cristianos en una ola de violencia en el noreste de Pakistán
Siete cristianos han muerto abrasados y otras 18 personas resultaron heridas durante el incendio de unas 50 viviendas a manos de una multitud de musulmanes que protestaban por la supuesta profanación de un Corán en la región del Punjab (noreste de Pakistán), informan hoy distintos medios.
El suceso ocurrió este sábado por la tarde en la ciudad de Gojra, que ha sufrido la violencia religiosa desde el jueves, día en el que, según los musulmanes, varios cristianos profanaron un Corán, según el canal televisivo Dawn.
"Algunos musulmanes locales acusaron a Talib Masih, Mukhtar Masih e Imran Masih de quemar el Corán. Los acusados lo negaron vehementemente, pero una multitud de musulmanes enfadados liderados por predicadores quemaron varias casas de cristianos", denunció en un comunicado la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán.
Durante los disturbios, más de 50 casas de cristianos y una iglesia fueron incendiadas.
Según fuentes citadas por el canal, la mayor parte de los actos violentos fueron cometidos por jóvenes que llevaban las caras cubiertas con pañuelos y comenzaron a arrojar gasolina y disparar contra las viviendas.
Los cristianos han anunciado ya que no se harán cargo de los cadáveres ni los enterrarán hasta que el jefe del gobierno provincial del Punjab, Shahbaz Sharif, visite la zona y garantice la seguridad de sus vidas y propiedades.
Los hechos se desencadenaron durante una manifestación en protesta contra la supuesta destrucción de un ejemplar del Corán, y aunque las autoridades ordenaron un despliegue de las fuerzas de seguridad, éstas no pudieron impedir la acción de los violentos.
Varios partidos pro-musulmanes se reunieron en la plaza de Malkanwala, desde donde cientos de personas se dirigieron a una zona residencial poblada por cristianos.
Al menos diez personas resultaron heridas por disparos y pedradas de los vecinos, lo que llevó más tarde a los manifestantes a entrar en la colonia, incendiar una cincuentena de viviendas y bloquear el tráfico durante varias horas.
La mayoría de los residentes de la colonia lograron escapar y ponerse a salvo, pero al menos siete personas quedaron atrapadas en sus casas por las llamas y fallecieron abrasadas, según distintas fuentes oficiales.
La Policía empleó gases lacrimógenos para dispersar a la multitud, y varios funcionarios acudieron poco después al lugar para convencer a los líderes religiosos de que pusieran fin a sus protestas.
Además, el primer ministro paquistaní, Yousuf Razá Guilani, ha ordenado abrir una investigación para determinar si se produjo realmente la profanación del Corán y pidió calma.
Los cristianos componen menos del 2 por ciento de la población de Pakistán, un país mayoritariamente musulmán donde la profanación del Corán puede acarrear la pena de muerte.
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