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Dos muertos al estrellarse en Ciudad Real una avioneta con 273 kilos de hachís

EFE

Dos hombres han muerto al estrellarse hoy en el término municipal de Luciana (Ciudad Real) una avioneta que transportaba 273 kilos de hachís.

Según ha informado la Subdelegación del Gobierno, los fallecidos son dos hombres: de 28 años y nacionalidad marroquí el piloto, que responde a las iniciales H.B., y el copiloto, español de 25 años, cuyas iniciales son J.F.Q.D.

Además, la Guardia Civil ha detenido al joven de 22 años A.F.C. por un delito contra la salud pública y tráfico de drogas, ya que se encontraba, supuestamente, esperando la mercancía que transportaba la avioneta.

Los agentes han recuperado, de entre los restos de la aeronave, nueve fardos de hachís, así como dos vehículos que iban a ser utilizados para transportar la droga.

Estos estaban esperando en el aeródromo de la finca "El Castaño", propiedad de la familia del presidente del Banco de Santander, Emilio Botín, y que tiene una extensión de 11.000 hectáreas dedicadas a la actividad cinegética y a la agricultura.

La finca donde ha ocurrido el suceso es la denominada 'Martirene', colindante con la del banquero, y aunque la avioneta trató de aterrizar en el aeródromo de la finca de Botín, por circunstancias que se desconocen cayó en un barranco cercano.

La droga transportada iba a ser cargada en varios vehículos que esperaban la mercancía y, aunque la Guardia Civil ya ha detenido a uno de los hombres que esperaban la carga, se está investigando si hay más personas implicadas en la operación.

También está investigando la procedencia de la "narcoavioneta", el lugar al que se dirigía y las circunstancias en que se ha producido el accidente.

El uso de avionetas para transportar droga como la que se ha accidentado hoy en Luciana empezó a conocerse en España en los años noventa y fue a finales de esta década, en 1999, cuando la Guardia Civil desarticuló la primera red especializada en este sistema.

En aquella ocasión, los agentes detuvieron en Ciudad Real y Tarragona a los integrantes de una banda que introducía hachís en la Península, procedente de Marruecos, en una avioneta para posteriormente distribuirla por toda España.

La Guardia Civil ha explicado que debido al control exhaustivo que se realizaba sobre los métodos de transporte de droga, los narcotraficantes se habían visto obligados a buscar nuevos medios para el contrabando, como la aviación ligera.

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