Este artículo se publicó hace 15 años.
"Los muertos van de prisa", un "western" atlántico sobre la retranca gallega
Primero les paró el chapapote del "Prestige" y luego la quiebra de la productora, pero el equipo de "Los muertos van de prisa" no perdió nunca la fe en el proyecto y el viernes se estrena, por fin, este "western" atlántico lleno de retranca gallega que ha dirigido el "goyarizado" Ángel de la Cruz.
"Ha sido terrible porque ha pasado de todo en estos siete años largos. Primero se hundió el Prestige y toda la costa -han rodado en la parroquia ribadense de Rinlo- quedó llena de chapapote. Cuando pudimos retomarlo, la productora se quedó sin dinero. Luego decidí asumir la producción y parece que a la tercera ha sido la vencida", resume de la Cruz en declaraciones a Efe.
De la Cruz, que suma tres Goya por las películas de animación "El bosque animado" y "El sueño de una noche de San Juan", ha podido contar prácticamente con todo el equipo original de "Los muertos van de prisa", una "modesta" cinta -2 millones de euros incluida la publicidad y la cincuentena de copias- que tiene a Buenavista como distribuidora, subvención de la Xunta de Galicia y ha sido comprada por TVE y TVG.
Es parecida, dice, a "Bienvenidos al Norte", la exitosa película francesa sobre los habitantes de la región du Nord del país, porque cuenta la historia de una gente y un lugar desde la ironía cómplice que ayuda a desmontar los estereotipos pero que, a la vez, pone el acento en las peculiaridades, explica.
"- ¿Puedo hacerle una pregunta? -pregunta la protagonista, Neus Asensi, a un paisano-. - ¿Puedo hacerle yo otra? -responde el gallego. -Vale, pero yo primera. ¿Es usted de aquí? ¿Voy bien para Fariño? -Esas son dos preguntas -dice él- ¿Cuál quiere que conteste?"
Ese es, señala de la Cruz, uno de los diálogos que reflejan la retranca que él y el resto del reparto conocen bien porque, a excepción de Asensi, son todos gallegos, avezados en esa ironía y en una aproximación a la muerte, "mitad piadosa y mitad lúdica", que hace que la enfrenten de forma a algo esperpéntica.
Asensi es Irene, una camionera a la que han dicho que en el pueblo marinero de Fariño se cría el percebe más grande de Galicia. Siguiendo las "indicaciones" de un aldeano consigue encajar el camión en el puente por el que iba a pasar el cortejo fúnebre del patrón mayor de la cofradía de mariscadores.
A partir de ahí, se entremezclan las historias de tres parejas de tres generaciones guiadas por el viaje al más allá de un "muerto prematuro".
El humor que destila la cinta, dice el director, "se parece mucho" al irlandés de "The Van" o "Café Irlandés", "con ese tono de comedia amable y crítica social".
"Lo veo -subraya- como un western atlántico. Galicia es el Oeste, el extremo, el fin del mundo, donde hay gente muy rara que siempre mira a los extranjeros con desconfianza, como los colonos del Far West. Ese es el carácter gallego: miran con desconfianza al forastero pero luego la transforman en generosidad".
De la Cruz, que ha completado el reparto en los principales papeles con Manuel Manquiña y Chete Lera, cree que para entender la película no hace falta saber cómo son los gallegos.
"Cuento con que guste porque cuento cómo es nuestro carácter. La prueba de fuego fue cuando se pasó en el Festival de Cine de Valladolid, y quedó segunda en la votación del público", alardea el director de "Los muertos van de prisa", que ha sido doblada también al gallego.
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