Este artículo se publicó hace 15 años.
Los muertos por el seísmo en Indonesia superan los 1.000
Los equipos de rescate excavaban frenéticamente el viernes entre pilas de escombros de una escuela y otros edificios abatidos por un seísmo en el puerto indonesio de Padang, pero dos días después del terremoto pocas víctimas eran halladas con vida.
Las Naciones Unidas informó de que más de 1.000 personas murieron en el puerto indonesio, propenso a sufrir una fuerte actividad sísmica.
La asistencia para miles de supervivientes desplazados comenzó a llegar lentamente a la zona, pero las tareas de rescate en la capital de Sumatra occidental, de 900.000 habitantes, se han visto entorpecidas por cortes de energía y la falta de maquinaria pesada para retirar los escombros.
Una excavadora gigante donada por una compañía cementera avanzaba a través de pilas de hierros retorcidos y escombros, restos de una escuela de tres plantas en la que docenas de alumnos asistían a lecciones después de clase cuando se produjo el seísmo.
"Hemos sacado 38 niños desde el terremoto. Algunos de ellos, en el primer día, todavía estaban vivos, pero los últimos estaban todos muertos", dijo uno de los encargados del rescate.
"Hay un montón de cadáveres allí, se puede oler. Están en la parte de atrás, adonde no podemos llegar. El problema es que un montón de edificios por aquí no estaban muy bien construidos", agregó.
El jefe de ayuda humanitaria de las Naciones Unidas, John Holmes, dijo en una conferencia de prensa en las oficinas centrales de la ONU en Nueva York que unas 1.100 personas murieron por el terremoto del miércoles, que tuvo una magnitud de 7,6.
Se teme que miles más estén atrapados bajo viviendas, hospitales, hoteles y escuelas dañadas, agregó Holmes.
Las conexiones telefónicas estaban principalmente cortadas, lo que dificultaba la tarea de las autoridades para evaluar la extensión del daño y las pérdidas de vidas.
Un responsable del Ministerio Social estimó el número de muertes confirmadas en 529, aunque otros funcionarios esperan que éste número aumente, posiblemente llegando a las miles.
El centro nacional de gestión de desastres dijo que 2.181 personas resultaron heridas y que 2.650 edificios resultaron dañados.
Por momentos Padang ha caído en el caos, con escasez de combustible, algunas tiendas con reservas de alimentos agotadas y varios vecinos luchando por encontrar agua potable.
Muchos caminos en la región están cortados por los desplazamientos de tierra.
Las condiciones en Pariaman, más próxima al epicentro del seísmo, podrían ser peores, ya que hay noticias de edificios derrumbados. Se desconoce la situación en las áreas más remotas.
OPERAN EN CARPAS
Una clínica de dos plantas en el principal hospital de Padang se derrumbó, pero se encontraba vacío tras ser cerrado unas pocas horas antes del movimiento telúrico.
Los pacientes de salas cercanas fueron evacuados e instalados en carpas cercanas, mientras se establecía una morgue provisional al aire libre, con líneas de cuerpos cubiertos por bolsas amarillas. En carpas blancas cercanas se realizaban operaciones quirúrgicas.
"Hemos realizado cientos de operaciones desde el terremoto", comentó el doctor Nofli Ichlas. "Algunos huesos rotos, otros con miembros completamente amputados. Cráneos fracturados, trauma abdominal también, cuando algo se ha insertado en el cuerpo de los pacientes", enumeró.
Australia, Corea del Sur y Japón fueron algunas de las naciones que ofrecieron asistencia o ayuda.
El Ejército australiano dijo que estaba enviando ingenieros, equipos de rescate, un hospital de campaña en un barco y helicópteros para tareas de búsqueda en distritos remotos.
Un equipo de Médicos sin fronteras incluía dos especialistas en riñón para tratar víctimas del "síndrome de aplastamiento", en el cual las toxinas liberadas por heridas internas pueden causar fallas en ese órgano.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que pasó un tiempo en Indonesia cuando era niño, dijo que su país también estaba listo para brindar asistencia.
"Indonesia es un país extraordinario que es conocido por atravesar extraordinarios desastres naturales. Sé de primera mano que el pueblo indonesio es fuerte y tiene capacidad para recuperarse y el espíritu para superar este enorme desafío", declaró el mandatario.
El presidente Susilo Bambang Yudhoyono voló a la región afectada tras llegar al país el jueves desde una reunión del G-20 y se quedó durante la noche para ayudar a supervisar las labores de rescate.
Un segundo terremoto, de magnitud 6,6 golpeó el jueves otra parte de la isla de Sumatra, causando más temor pero sin que haya constancia de víctimas mortales.
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