Este artículo se publicó hace 16 años.
Mugabe promete que Zimbabue nunca se rendirá a las presiones extranjeras
El presidente zimbabuense, Robert Mugabe, calificó hoy a su primer ministro designado, el opositor Morgan Tsvangirai, como "un títere de Occidente" y prometió que "Zimbabue nunca se rendirá" en su discurso de inauguración de la conferencia anual de la Unión Africana Nacional de Zimbabue-Frente Patriótico.
La ZANU-PF lleva adelante su reunión anual, que congrega a unos 6.000 delegados, pese a que Zimbabue sufre el peor brote de cólera de su historia, que ha causado 1.123 muertes, de un total de 20.896 casos registrados, según las últimas cifras divulgadas por la ONU.
Vestido con una chaqueta de color verde y tocado con una gorra de béisbol, Mugabe se mofó de Tsvangirai, líder del opositor Movimiento para el Cambio Democrático (MDC), y dijo que es "digno de lástima".
"Él (Tsvangirai) ya no tiene control ni de sí mismo. Esto es lo que sucede cuando uno se convierte en un títere", dijo Mugabe de su rival.
Según los términos de un acuerdo para compartir el poder en septiembre pasado entre la ZANU-PF y el MDC, Tsvangirai fue designado primer ministro de un gobierno de unidad en el que Mugabe continuaría siendo presidente y que, según se dijo entonces, podría sacar a Zimbabue de la grave crisis política, económica y humanitaria en que se encuentra.
El acuerdo está a punto de venirse abajo debido a que Mugabe pretende acaparar para la ZANU-PF todos los ministerios principales dejando al MDC en un papel de socio menor en el gobierno de unidad.
Tsvangirai, advirtió hoy de que su partido suspenderá las negociaciones con la ZANU-PF si el gobierno continúa reprimiendo a la oposición política y a los activistas pro-derechos humanos de Zimbabue.
En una conferencia de prensa en Gaborone, la capital de Botsuana, Tsvangirai dijo que 42 militantes del MDC han sido secuestrados.
"Si los secuestros no cesan de inmediato y si todos los desaparecidos no son puestos en libertad o llevados ante un tribunal de justicia a más tardar el próximo 1 de enero de 2009, le solicitaré al Consejo Nacional del MDC que apruebe una resolución para suspender todas las negociaciones y contactos con la ZANU-PF", dijo Tsvangirai.
Tsvangirai fue criticado sistemáticamente por cada uno de los oradores en la apertura de la conferencia de la ZANU-PF, en la que los delegados agitaban banderas y vitoreaban a Mugabe.
"El verdadero enemigo es Tsvangirai. Él es que ha creado este sufrimiento", afirmó el gobernador de la provincia de Mashonalandia Central, Martin Dinha.
La crisis zimbabuense ha llevado a las potencias occidentales y algunos países africanos a hacer llamamientos para una intervención extranjera en Zimbabue, en otro tiempo considerada como el "Granero de África" y un ejemplo de estabilidad tras la guerra de independencia.
Los organizadores de la conferencia de la ZANU-PF han tomado precauciones especiales para evitar contagios del cólera durante el encuentro.
Médicos voluntarios se encuentran en el lugar ante la posibilidad de que alguien contraiga la enfermedad, mientras que los delegados, a quienes se les provee de agua embotellada, tienen prohibido llevar comida al recinto de la conferencia.
En contraste con las penurias que sufren los zimbabuenses corrientes para conseguir comida debido al desabastecimiento, los delegados a la conferencia de la ZANU-PF han sido agasajados con banquetes provistos por sus líderes, que han donado más de cien vacas, como así también decenas de cabras, cerdos y gallinas para alimentarlos.
La leche que reciben los delegados ha sido donada por la granja de la Primera Dama zimbabuense, Grace Mugabe.
Durante su discurso, que duró más de dos horas, Mugabe aseguró que "Zimbabue nunca se vendrá abajo" y desafió a las que tildó de "naciones hostiles africanas" a invadir este país.
"¿Qué países africanos tendrán el coraje de ordenar una intervención militar en Zimbabue?", se preguntó el jefe de Estado zimbabuense, quien afirmó que "el único con el poder de destituir a Robert Gabriel Mugabe es el pueblo zimbabuense".
El anciano presidente (84 años de edad), quien mantiene el poder desde la independencia de Zimbabue en 1980, reiteró que "la crisis en este país ha sido exagerada por Gran Bretaña, que quiere apoderarse nuevamente de nuestros recursos".
"Ésta es una guerra, camaradas y amigos, por nuestros recursos, pero nunca venderé a mi país, nunca entregaré a Zimbabue. Zimbabue es mío", concluyó Mugabe.
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