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Multitudinario funeral por los cuatro fallecidos en un accidente de tráfico en A Coruña

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El funeral de los cuatro jóvenes fallecidos ayer en accidente de tráfico en el municipio coruñés de Toques se convirtió hoy en una multitudinaria manifestación de duelo en el municipio lucense de Friol, en donde residían.

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Unas 2.000 personas, según cálculos de Protección Civil, acudieron al interior y las inmediaciones del pabellón polideportivo de Friol, donde estaba instalada la capilla ardiente, luego de que las respectivas familias aceptaran el ofrecimiento del alcalde, Antonio Muiña.

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El fallecimiento de los jóvenes, que ha conmocionado a la opinión pública, congregó a tal multitud que fue necesario organizar la señalización con pasquines en los que aparecía rotulado un plano con el acceso al pabellón y la ubicación de los respectivos féretros, reconocidos por su lugar de origen: Xiá-Condes-Xiá-Guldriz.

Las muestras de dolor y afecto hacia las familias se sucedieron durante la jornada e instantes antes del comienzo del funeral, el polideportivo en el que se habían instalado algo más de 400 sillas, estaba completamente abarrotado.

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Fueron necesarios diecisiete vehículos para trasladar a los cuatro cadáveres y a las ofrendas florales a sus respectivos cementerios.

A la entrada del pabellón cuatro mesas fueron habilitadas para expresar por escrito la adhesión de centenares de allegados y amigos de las víctimas, entre los que asistieron multitud de jóvenes, coetáneos de los cuatro fallecidos, de edades comprendidas entre los 25 y 29 años.

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Las víctimas viajaban, junto a otro que se encuentra con heridas graves, en un vehículo de la marca BMW salió de la calzada, cayó por un desnivel de unos 20 metros y se empotró contra un árbol, cuando regresaban tras pasar la noche de juerga en Melide.

El oficio religioso comenzó poco después de las 18:00 horas presidido por el obispo de la diócesis de Lugo, Alfonso Carrasco Rouco.

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El silencio se apoderó todavía más de la improvisada capilla ardiente, cuando el prelado dio comienzo a la ceremonia entre la conmoción.

En la homilía, Carrasco Rouco se refirió al "acontecimiento doloroso" que congregó a tantos vecinos por "una muerte de tantos y tan cercanos", comentó.

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Aludió a la "agresión del poder de la muerte" para concienciar a los asistentes de que los accidentes de esta naturaleza demuestran "la impotencia del ser humano" frente a la adversidad, lo otorga una percepción "de lo frágiles que somos", añadió.

Al funeral asistieron varios miembros del Ayuntamiento, al frente de ella el alcalde, Antonio Muiña, junto al subdelegado del Gobierno, José Vázquez Portomeñe.Previamente, durante la mañana acudió también el presidente de la Diputación, José Ramón Gómez Besteiro.

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Las escenas más dramáticas se registraron durante la inhumación de los cadáveres en sus respectivos panteones familiares. La mayor concentración de gente se produjo en el cementerio de Xiá, de donde eran originarios dos de las víctimas y donde reside el conductor del vehículo, el único superviviente del siniestro, que esta madrugada recibió el alta médica.

El Ayuntamiento decretó ayer en una reunión plenaria de carácter extraordinaria dos días de luto en el municipio de poco más de 4.000 habitantes del que desaparecieron trágicamente cuatro de sus residentes más jóvenes cuando regresaban de celebrar una fiesta de cumpleaños en la vecina localidad coruñesa de Melide.

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