Multitudinario homenaje en México al "Chavo del ocho" con sabor a despedida

Con lágrimas de emoción en los ojos salió anoche al escenario para recibir el cariño de sus seguidores, a sus 83 años, el eterno niño, Roberto Gómez Bolaños "Chespirito", el comediante que desde hace 40 años ha hecho reír a millones de personas de medio mundo.

La cantante Thalía lo presentó con una pregunta: "¿No es impresionante que un solo hombre logre reunir a 17 países para celebrarlo? Y esto sólo lo podía hacer una sola persona, ¡el único e incomparable Chespirito!", dijo la popular artista.

Ayudado de una bombona de oxígeno y sentado en una silla de ruedas porque tiene dificultades para caminar, Gómez Bolaños disfrutó de los regalos de artistas y seguidores de los 17 países que se han unido para homenajear al creador de personajes tan populares como "El Chavo del Ocho" y "El Chapulín Colorado".

Hoy, 40 años después de que creara e interpretara el personaje del niño pobre del gorro con orejeras que dormía en un barril y hacía cosas malas "sin querer queriendo", Chespirito sigue siendo un ídolo que mueve masas.

Las 10.000 butacas del Auditorio Nacional de la capital mexicana se llenaron de padres que en su día fueron fanáticos de sus personajes, e hijos que lo son gracias a la actual versión de dibujos animados.

Mueve masas también en las redes sociales, pues es uno de los mexicanos con más seguidores en Twitter, más de 2,5 millones, con los que interactúa casi diariamente pese a su estado de salud visiblemente delicado.

"Lo más bonito de los homenajes es recibirlos estando vivo", fue una de las frases varias veces repetida por quienes asistieron al evento, en el que participaron numerosos cantantes y personajes cercanos a la vida del actor.

La más importante de ellas, su "novia" Florinda Meza, su esposa con la que lleva más de 30 años, a quien conoció en las grabaciones de El Chavo del Ocho cuando ella interpretaba el personaje de Doña Florinda.

La actriz salió al escenario justificando las lágrimas de su marido: "Es un poeta, todo le hace llorar", dijo emocionada, y agradeció a los asistentes "todo lo que hacen por mi Rober".

Juntos, Florinda y Roberto, pudieron escuchar la canción de "Somos Novios" de la voz de Armando Manzanero, quien también quiso estar en la celebración.

Gómez Bolaños comenzó su carrera como guionista de programas de comedia y de un escritor que tiene su apodo, del mismísimo William Shakespeare, cuyo diminutivo, pronunciado a la española, se leería "Chespirito".

Hubo conexiones en directo con varios países que ofrecieron su particular homenaje al artista a modo de coreografías multitudinarias, palabras de cariño, bailes y testimonios de personas contando cómo los personajes del actor cambiaron sus vidas.

También sonaron canciones inéditas cantadas por artistas como Juan Gabriel o la propia Thalía: "Gracias por tanto y por siempre, por darle a la gente un momento feliz", cantó la mexicana.

Otro momento de emoción fue cuando aparecieron los jugadores del Club de Fútbol América, que le regalaron una camiseta para recordar la película "El Chanfle", protagonizada por el actor y en la que interpretó al aguador del equipo que se convertía en estrella goleadora.

"Eran mis goles", repitió el actor emocionado cuando las pantallas reprodujeron imágenes del filme, mientras se disculpaba con los jugadores por no poderse levantar.

Cada abrazo, cada agradecimiento y cada "te quiero" que Bolaños dijo a sus seres queridos tuvo un sonido a despedida que hace prever que éste sea uno de los últimos actos públicos del artista.

Pese a esto, el cómico avisó que, aunque se encuentra cansado porque acaba de cumplir "muchos años", piensa vivir "unos cuantos más", o al menos intentarlo.

El evento fue grabado para la televisión, y después de casi tres horas Gómez Bolaños se retiró, cansado; el "show" continuó con concursos de imitadores y preguntas sobre la vida del homenajeado, entre otras actividades.

El homenaje será transmitido por televisión el próximo 11 de marzo en Televisa, ya editado, grabación que intentará transmitir la emoción sentida durante el homenaje.