Este artículo se publicó hace 14 años.
El mundo promete ayuda y los haitianos siguen esperando
Los líderes mundiales han dado un paso adelante y han prometido ayuda para reconstruir al devastado Haití, pero en las calles de la destruida capital los supervivientes del terremoto seguían esperando el domingo lo más básico: comida, agua y medicinas.
Cuatro días después de un terremoto que podría haber dejado hasta 200.000 muertos, equipos de rescate internacionales seguían hallando gente viva bajo los escombros de edificios derrumbados en Puerto Príncipe.
Cientos de miles de haitianos con hambre esperaban desesperadamente la ayuda, pero los problemas logísticos mantenían la mayor parte de la asistencia lejos de las víctimas, muchas de las cuales se refugian en campamentos hechos en la calles llenas de escombros y de cuerpos en descomposición.
Ante la generalizada ausencia de autoridad, saqueadores recorrían las tiendas derruidas en el principal paseo comercial de la ciudad, ahora destruido, portando ropas, bolsas, juguetes y cualquier cosa que pudiesen hallar.
Se produjeron enfrentamientos entre grupos de ladrones que llevaban cuchillos, picahielos, martillos y piedras.
Muchos haitianos huían de la ciudad a pie con maletas en la cabeza o en coches abarrotados tratando de llegar al campo para escapar de las réplicas y de la violencia, y conseguir alimentos, agua y refugio.
Otros repletaban el aeropuerto con la esperanza de subir en aviones que salían llenos de haitianos.
El presidente de EEUU, Barack Obama, prometió ayuda, mientras la secretaria de Estado, Hillary Clinton, llegaba al país, donde el golpeado Gobierno entregó a Estados Unidos el control del congestionado aeropuerto para guiar los vuelos de ayuda provenientes de todo el mundo.
"Nos estamos preparando para uno de los esfuerzos de ayuda más grandes de nuestra historia para salvar vidas y enviar ayuda que impide que esta catástrofe sea aún mayor", señaló Obama en la Casa Blanca, acompañado por sus predecesores George W. Bush y Bill Clinton, quien lidera la campaña benéfica para ayudar a Haití.
CAOS
Pero en las calles de la ciudad, donde las pocas patrullas de la policía lanzaban gas lacrimógeno y algunos tiros al aire para dispersar a los saqueadores, la distribución de ayuda parecía ser al azar, caótica y mínima. En el centro, era posible ver a jóvenes portando armas.
La gente se apilaba y se peleaba por comida y agua, que era arrojada en cajas desde helicópteros estadounidenses. Un periodista también vio a trabajadores de ayuda internacionales lanzando paquetes de comida a haitianos desesperados.
"La distribución es totalmente desorganizada. No están identificando a la gente que necesita el agua. Los enfermos y los viejos no tienen posibilidades", dijo Estime Pierre Deny, parada atrás de una multitud que buscaba agua con recipientes de plástico vacíos.
Haití es el país más pobre del hemisferio Occidental y ha padecido durante décadas el paso de devastadores huracanes, inundaciones y conflictos políticos. Unos 9.000 integrantes de las fuerzas de paz de la ONU han estado brindando seguridad desde 2004, cuando unos violentos disturbios sociales derribaron al gobierno de entonces.
Los saqueos fueron esporádicos en los primeros días, pero los robos y la violencia parecían extenderse el sábado, y los testigos hablaban de situaciones similares en otras zonas de Puerto Príncipe, mientras la gente comienza a desesperarse.
La misión de Naciones Unidas responsable por la seguridad en Haití perdió al menos 36 de sus 9.000 miembros cuando su sede central se derrumbó. Naciones Unidas confirmó que el jefe de su misión, Hedi Annabi de Túnez, y su segundo al mando, el brasileño Luiz Carlos da Costa, murieron en el terremoto.
RUSOS RESCATAN NIÑAS
Incluso cuatro días después del seísmo de magnitud 7,0, que devastó el país, se sentían muchas réplicas en la capital, lo que aterrorizaba a los supervivientes y hacía que polvo y escombros cayeran a las calles.
Mostrando la necesidad de no renunciar a los esfuerzos de rescate, un equipo ruso sacó el sábado a dos niñas haitianas aún vivas desde los escombros de una casa: Olon Remi, de 9 años, y Senviol Ovri, de 11 años, dijo un fotógrafo de Reuters.
Los equipos de rescate estadounidenses trabajaron durante la noche para sacar a los supervivientes de entre las ruinas de un supermercado, donde podría haber atrapadas hasta 100 personas.
El grupo estaba a punto de rendirse cuando recibió la noticia de que una cajera que había logrado llamar a alguien en Miami para decir que estaba con vida.
Camiones cargados con cadáveres han estado transportando los cuerpos a fosas comunes excavadas con rapidez en las afueras de la ciudad, pero se cree que miles de víctimas aún están sepultadas bajo los escombros.
El ministro del Interior, Paul Antoine Bien-Aime, dijo que se han recogido cerca de 50.000 cuerpos y que la cifra final de muertos podría estar entre 100.00 y 200.000.
Decenas de cuerpos hinchados aún estaban tirados en el suelo en los exteriores del principal hospital de la ciudad, descomponiéndose al sol. Los jardines del centro médico tenían montones de camas con heridos, mientras los sueros colgaban de los árboles y las cañerías.
El debilitado Gobierno haitiano está en una mala posición para afrontar la crisis. El seísmo destrozó el Palacio de Gobierno y dejó a la ciudad sin comunicaciones ni energía eléctrica.
Preval y el primer ministro Jean-Max Bellerive están viviendo y trabajando en el cuartel general de la policía judicial.
PROBLEMAS EN AEROPUERTO
Hillary Clinton dijo a los haitianos que Estados Unidos garantizará que su país pueda emerger "más fuerte y mejor" del desastre.
"Estaremos aquí hoy, mañana y en el futuro", dijo después de reunirse con Preval en el aeropuerto de Puerto Príncipe.
El Departamento de Estado de Estados Unidos confirmó que 15 estadounidenses murieron en el terremoto, incluido uno de sus empleados en Haití.
Decenas de países han enviado aviones con equipos de rescate, suministros, perros rastreadores, unidades de purificación de agua, médicos y equipos de telecomunicaciones, pero se enfrentaban a problemas en el pequeño aeropuerto.
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