Este artículo se publicó hace 15 años.
Murakami usa el manga para criticar el vacío de valores de la sociedad japonesa
El Museo Guggenheim Bilbao estrena hoy una exposición retrospectiva del artista Takashi Murakami (Tokio 1962), en la que usa elementos del lenguaje de los dibujos "manga", para expresar "el vacío y la anarquía" de la cultura contemporánea de su país, al tiempo que critica la pérdida de los valores tradicionales japoneses.
Según ha explicado el comisario de la exposición, Paul Schimmel, en la presentación ante los medios de la muestra que podrá verse en Bilbao hasta el 31 mayo, Murakami "es el artista contemporáneo de más éxito Japón" y, si bien aparentemente sus creaciones "pueden parecer imágenes infantiles, propias de cómics para niños", en realidad, esconden "una obra muy rica, oscura y trágica".
El propio artista ha insistido ante los medios que su objetivo no es crear para los niños, ya que guardan "una crítica" a la sociedad japonesa, puesto que "la cultura del ordenador", "nos ha hecho olvidar quienes somos".
Así, Schimmel ha expuesto que "usando la ironía" el artista se refleja a sí mismo a través del personaje de Mr.DOB, una esfera con múltiples ojos que en unos cuadros "devora" elementos de anteriores pintores que le han marcado, como Salvador Dalí, y en otros "regurgita", sus propias interpretaciones, su propia identidad.
Otro elemento que se repite en sus creaciones son unas flores multicolores que sonríen y, aunque "aparentemente son algo bello", están dispuestas para dar imagen de volumen y así, "tratan de marear al espectador y causar una sensación nauseabunda".
La selección de casi un centenar de obras que se exhiben en el Guggenheim, entre pinturas, esculturas, objetos de diseño industrial, peluches, bolsos para una determinada camisetas y joyas, suponen la retrospectiva más completa del japonés y culmina con la figura en plata de "Oval de Buda en plata", una de sus más recientes y simbólicas.
El comisario ha explicado que esa pretensión de recordar sus raíces japonesas ante el actual olvido, le hacen introducir elementos tradicionales como el emblema de la flor del emperador en "Miss Ko", "un maniquí que representa una camarera de los años sesenta, a medio camino entre la estética de Estados Unidos y el maga japonés" y que se ha convertido en una de las creaciones más valoradas de Murakami.
Esa misma maniquí hace una crítica "a la ausencia de un sistema militar japonés tras la segunda Guerra Mundial", al presentarse con un cuerpo que simula un cazabombarderos creado para defender a su país.
En la muestra aparecen también los personajes que creó para una película de animación Kai Kai y Kiki, y en muchos de sus cuadros, especialmente entre sus obras más recientes, destaca la técnica de los superponer planos como las capas que se utilizan en los diseños por ordenador, para multiplicar los detalles y la complejidad de la obra.
El comisario de la muestra ha valorado la innovación que ha supuesto Murakami en el arte asiático, al fusionar estilos del siglo XX como el pop art y el surrealismo propios de la sociedad occidental, con expresiones de la moda y la cultura del siglo XXI en torno a los diseños por computadora.
Además, ha subrayado que gran parte de los ingresos del artista nipón, que trabaja con un estudio junto a centenares de colaboradores, van a parar a formar nuevos creadores.
La muestra, que llega Bilbao tras haber sido presentada en Los Ángeles, Nueva York y Frankfurt, ocupará unos 2.000 metros cuadrados del Guggenheim, y exhibe desde sus primeras obras en torno a 10991 hasta las más recientes creaciones del 2008.
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