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Musaví acusa a la autoridades de permitir el pucherazo

El líder supremo de Irán, ayatolá Ali Jamenei, declara ganador a Ahmadineyad

Ó. ABOU-KASSEM

“Advierto de que no me pienso rendir ante esta enorme farsa”, avisó este sábado el candidato opositor iraní Mir Hussein Musaví tras conocerse los resultados que le dejaban con un 33% de los votos, muy alejado del reelegido presidente Mahmud Ahmadineyad y su 62%.

El desafío al inamovible sistema político-religioso iraní era tal que el mismísimo líder espiritual, Ali Jameneí, tuvo que intervenir para declarar como ganador al ultraconservador Ahmadineyad. “El elegido y respetado presidente de todos los iraníes, incluidos sus rivales, que deben apoyarle unánimemente y ayudarle”, dijo en un comunicado que la televisión iraní repetía de forma constante.

“Tanto los seguidores del ganador como los de los otros candidatos deben evitar cualquier comportamiento o comunicado provocador. El que critique los resultados será amigo de nuestros enemigos”, decía el texto, dirigido claramente a Musaví y sus seguidores, muchos de los cuales ya habían comenzado a desarrollar protestas en las principales calles de Teherán.

“Protesto contra las obvias violaciones que se han cometido. El resultado de tal actuación por parte de las autoridades pone en peligro los pilares de la República Islámica y establecerá la tiranía. Permite la superioridad de la mentira y de la arrogancia”, arremetía Musaví en su comunicado.

“La gente ha esperado largas colas y sabían la composición de los votación y de lo que ellos habían votado. Ahora están anonadados mientras ven por televisión el malabarismo con el que las autoridades anuncian los resultados”, decía Musaví.

Lo que para Musaví era negro, para Ahmadineyad era blanco. En una larga intervención en la televisión iraní, el reelegido presidente se mostró tranquilo y confiado ante las cámaras: “el pueblo ha votado a favor de mis políticas”. Ahmadineyad dejó claro que no tenía ninguna duda sobre la validez del proceso pese a las muchas protestas recibidas.

“Han sido unas elecciones limpias”, proclamó antes de añadir “todo el mundo debería respetar lo que vota el pueblo”. El presidente felicitó a todos aquellos que han trabajado en el proceso, porque en su opinión “han realizado una labor impecable”.

Musaví amenazó con que “por el derecho legal y nacional” que ha adquirido, desvelará “los secretos detrás de la farsa”. El rival de Ahmadineyad se comprometió a “explicar cuáles van a ser los efectos destructivos” que el fraude “tendrá cara al futuro del país” además de instar a las autoridades a “detener este proceso peligroso” antes de que sea demasiado tarde.

Uno de sus jefes de campaña, Alí Akbar Mortazaminpour, detalló que durante toda la jornada electoral faltaron las papeletas en muchos colegios, se puso trabas al trabajo de los interventores, no se les permitió asistir al sellado de las urnas y muchos votantes fueron dejados en la calle pese a que el plazo de votación se había prolongado.

Musaví tenía pensado hacer una declaración en la tarde de ayer en su cuartel general en Teherán pero el Ministerio del Interior lo impidió vetando la entrada de los periodistas a la sede del candidato opositor.

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