Este artículo se publicó hace 14 años.
El Museo del Prado enriquece sus colecciones y sus espacios
Más de ciento veinte obras pertenecientes a la colección de pintura española medieval y renacentista, muchas de ellas no exhibidas hasta ahora, ocupan los espacios recuperados en el Palacio de Villanueva para el Museo del Prado.
En este recorrido de cinco siglos se pueden contemplar los frescos románicos de Santa Cruz de Maderuelo y San Baudelio de Berlanga, los grandes retablos de Rodríguez de Toledo y de Nicolás Francés o las pinturas de Luis Alincbrot, Fernando Gallego, Bermejo, Pedro Berruguete o Juan de Flandes, mientras que la sala dedicada al Renacimiento centra su atención en Fernando Yáñez, Machuca, Correa de Vivar y Juan de Juanes.
Las siete nuevas salas, con las que se completa la presentación de las colecciones que quedarán instaladas en la planta baja del edificio Villanueva, se distribuyen en torno a la Rotonda baja de Goya, presidida por la gran escultura "La apoteosis de Claudio", donde se incluye una representación de la colección de escultura clásica del museo.
Con la apertura de estas salas "se completa la ampliación del Prado que se inició hace dos años", comentó el director del Prado, Miguel Zugaza, quien destacó la recuperación de espacios expositivos que facilitan "una más amplia y mejor presentación de las colecciones del museo".
Más espacios y mejor accesibilidad a unas salas "que permiten encontrarnos con grandes maestros ciertamente algo olvidados, desde el románico hasta Luis de Morales, con nombres y obras fundamentales de la historia del arte español".
Para la intervención arquitectónica en estos espacios, el Prado ha vuelto a contar con Rafael Moneo, aunque el arquitecto restó importancia a su trabajo. "La más valiosa experiencia que he podido tener en el Prado ha sido el encuentro con Juan de Villanueva. Las nuevas salas son obra suya y nosotros poco o nada hemos hecho".
Moneo recordó que son espacios que Villanueva había dedicado a los servicios más ligados a la administración y a los estudios de botánica "y que siempre han tenido cierto carácter de cripta".
Su trabajo más personal en este proyecto ha sido proponer que las pinturas de San Baudelio de Berlanga (Soria) y de la capilla de Santa Cruz de Maderuelo (Segovia) "mantuvieran la arquitectura de donde estaban instaladas, con la replica de los espacios".
En su intervención y con el fin de resolver el paso y la conexión entre dos niveles, "nos encontramos con un pequeño patio que ha sido restaurado". Mirando hacía arriba en este patio se puede contemplar el cielo de Madrid.
"Es el único sitio del museo en que esto es posible y de alguna forma ese es el sentido de la colección que se puede contemplar en estas salas, pintura religiosa, hecha para la Iglesia, que servía para abrir el cielo y para dar una visión del más allá", afirmó Gabriele Finaldi, director adjunto del museo.
La colección que se muestra "es una parte bastante desconocida del Prado. La mayor parte no procede de las colección real y muchas han entrado en el siglo XX, a través de daciones, donaciones o adquisiciones. En la última década, una parte pequeña de esta colección ha estado a la vista".
Entre las adquisiciones recientes que no se han exhibido hasta ahora se encuentra la "pieza excepcional", según Pilar Silva jefe del departamento de pintura española de 1500 a 1700, "Virgen de la leche y Santos", de Pere Lembri, o "La Crucifixión" de Juan Sánchez, "obra también excepcional que se conserva íntegra".
Juan de Flandes es uno de los artistas destacados en este recorrido y de él se muestran cinco obras, entre ellas "La Crucifixión" comprada en el año 2005.
La última de las salas, desde la que a través de una ventana se puede contemplar la fachada de Velázquez, se centra en el siglo XVI.
De Fernando Yañez de Almedina se expone, entre otras, "Santa Catalina, obra emblemática del Renacimiento español", según Leticia Ruiz, jefe del departamento de pintura española de 1500 a 1700, así como "San Onofre" y "San Francisco de Asís", adquiridas recientemente que no se habían mostrado hasta ahora.
Exhibida por primera vez tras su restauración se muestra la "Virgen del Sufragio" de Pedro Machuca, y también adquirida recientemente el "Nacimiento de la Virgen" de Luis de Morales. Destaca en este espacio la "Anunciación" de Correa de Vivar y la "Última Cena" de Juan de Juanes.
En este proyecto ha sido también importante la labor de restauración llevada a cabo en algunas de las obras como en "Santo Domingo de Silos entronizado como obispo", obra maestra de Bartolomé Bermejo.
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