Este artículo se publicó hace 15 años.
Música curativa
A pesar de que lanzar un disco hoy en día es un deporte de riesgo, la oferta musical sigue siendo inabarcable
A pesar de que lanzar un disco hoy en día es un deporte de riesgo, la oferta musical sigue siendo inabarcable. En este curso, la división española de The Orchard, distribuidora digital con más de un millón de canciones en catálogo, incorporó 61.000 nuevas referencias sólo de nuestro país. En el mercado físico, ¡Pop Stock!, que lleva a las tiendas a Radiohead, sacó 600 novedades. Un mar de lanzamientos donde destacan talentos inquebrantables como el de Paddy McAloon, que tres décadas tras el periodo de mayor popularidad de Prefab Sprout sigue entre la nobleza de compositores pop.
En septiembre, rompió ocho años de silencio con Lets Change the World With Music, un álbum sacado de un cajón que abraza la perfección a pesar de sus arreglos midi poco lustrosos. En él aparece con un mensaje de amor por la música y reivindica su poder curativo, en un momento en el que se asocia el desplome de las ventas con su muerte. Los hay que fascinan independientemente del envoltorio de sus canciones y también los que las engrandecen con el acabado.
Bill Callahan marcó la cima de su carrera con Sometimes I wish We were an Eagle, donde su voz grave suena más conmovedora que nunca sobre un acolchado de cuerdas, vientos y pianos. Pero entre tanto sabor clásico, hubo dos trabajos con alma vanguardista que dejaron huella: el debut oscuro de The XX y el Merriweather Post Pavillion de Animal Collective. Este último es una apoteósica traducción para todos los públicos del pop caleidoscópico e impredecible que los de Nueva York llevan practicando desde hace años.
Por estas latitudes, Abraham Boba y Parade pusieron sobre el tapete sendos discos escapistas, La educación y La fortaleza de la soledad, con los que se instalan en un nivel superior dentro de la escena nacional. Ambos representan una forma de trabajo tradicional discográfica, contrato y copyright frente a un escuadrón de autoeditados y bandas provenientes de sellos-cooperativa, que cocinaron discos con mimo que saben a pasión por la música, romanticismo o rebeldía. Es el caso de Cohete, la sociedad formada por Muni Camón y Remate, Wild Honey o Tarántula. Todos ponen de manifiesto que la figura del editor ha perdido importancia en el mercado alternativo.
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