Este artículo se publicó hace 17 años.
Nadal espolea a los famosos
El Masters Series Madrid ha quedado consolidado como uno de los grandes eventos de la temporada pero, además, se ha convertido en una pasarela de rostros populares, de personajes de pantalla, una fórmula consolidada de ocio para otros deportistas de elite, un acontecimiento social que casi nadie quiere perderse.
Es un evento que ha sobrepasado la condición de espectáculo deportivo para formar parte de una de las citas sociales más esperadas de la temporada. Cualquier rostro popular con proyección que se lo proponga debe dejarse ver uno de los días en los que las mejores raquetas del mundo coinciden en el Telefónica Arena de la Casa de Campo.
Los llamados palcos VIP cada vez abarcan más parte de la grada. Año tras año han crecido desde la orilla de la pista, lugares de privilegio para contemplar el "trabajo" de las llamativas recogepelotas hasta mezclarse entre los asientos del pueblo, que reparten su vista entre los vaivenes de la pelota y la atención que demandan los famosos.
De hecho, las chicas ejecutan su desfile sobre la pista con dos innovaciones en su puesta en escena. Un reclamo más que añadir a la gracia de sus movimientos es el brillo del tatuaje de cristales de Swarovski, con la marca que las patrocina, que cada empleada lleva en el brazo derecho.
El serbio Novak Djokovic, número tres del mundo de la raqueta, siente la llamada del espectáculo. Contribuye al color que despide el torneo. A sus sonoras imitaciones ha añadido ahora la de exaltar su condición de madridista. Por eso saltó a la pista del Madrid Arena ataviado con la blanca. Escudo en el pecho, número siete y, a la espalda, Raúl.
El capitán blanco es uno de los fijos en cada una de las ediciones. No ha querido perderse esta vez tampoco, el debut de Rafael Nadal en el torneo. El balear es el auténtico reclamo del torneo. Su puesta en escena dispara el escaparate popular.
Raúl pasó por alto el amistoso de la selección en Finlandia. A la misma hora por televisión. Michel Salgado, otro de los habituales, el argentino Gonzalo Higuaín y el joven Miguel Torres formaron parte, también, de la delegación madridista que lideró el director deportivo Pedrag Mijatovic y el propio presidente, Ramón Calderón.
El técnico Bernd Schuster había preferido una sesión más sosegada. Y vino el martes, junto a su compañera, para ver en acción al número uno del mundo, Roger Federer, al margen del ruido que genera en Madrid Rafael Nadal.
También se dejó ver el entrenador del Sevilla, Juande Ramos, que asistió al duelo entre Djokovic y Fernando Verdasco.
Las autoridades esperaron, sin embargo, a la sesión nocturna. Por ejemplo, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón contempló el partido de Nadal en compañía del ex presidente del Gobierno Jose María Aznar.
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