Este artículo se publicó hace 14 años.
Nadar en piscinas públicas sube riesgo de enfermedades gástricas
Zambullirse en la piscinapública o en el lago local elevaría la posibilidad de contraeruna "gripe estomacal", indicó un nuevo estudio.
Un equipo en Australia halló, entre más de 2.800 adultos yniños seguidos durante 15 meses, que los participantes eran dealgún modo más propensos a desarrollar gastroenteritis una odos semanas después de nadar en una piscina pública.
La gastroenteritis es una inflamación del tractogastrointestinal debido a un virus, una bacteria o un parásito.Los síntomas, que comúnmente se conocen como "gripe estomacal",son dolor abdominal, vómitos, diarrea y fiebre.
Los alimentos y el agua contaminados son fuentes comunes deinfección, y la natación recreativa está asociada con brotes deenfermedad gastrointestinal. Pero se desconoce cuánto eleva elriesgo de contraer enfermedad gastrointestinal nadar endistintas aguas.
En el estudio, el riesgo gastrointestinal de losparticipantes era un cuarto más alto una o dos semanas despuésde haber concurrido a una piscina pública o un spa que en otrassemanas.
Eso aumentó hasta el 77 por ciento la semana posterior auna zambullida en un río o un lago, igual que en los adultosque se habían sumergido en el océano en las últimas dossemanas.
Los resultados, publicados en American Journal ofEpidemiology, confirman que nadar en aguas frescas, saladas otratadas puede aumentar el riesgo de contraer unagastroenteritis.
Aun así, los autores no aconsejan abandonar la natación.
El aumento del riesgo de sufrir gastroenteritis fue"relativamente bajo" y la natación, como ejercicio, es buenapara la salud, indicó el equipo de Katie Dale, de la MonashUniversity, en Melbourne.
Pero se necesitan mejores medidas preventivas.
En Melbourne, las autoridades de salud recomiendan que,para evitar la transmisión de enfermedades, las personas condiarrea no usen las piscinas públicas por los menos una semanadespués de la desaparición de los síntomas.
Los resultados surgen de 600 familias en Melbourne,estudiadas durante 15 meses. Los participantes usaron diariossemanales para registrar toda actividad acuática, enfermedades,remedios y viajes.
Durante el estudio hubo casi 2.700 casos probables degastroenteritis en la mitad de las familias.
En general, la posibilidad de contraer gastroenteritis fuemayor una o dos semanas después de nadar. Y eso ocurrió en todotipo de aguas.
Los resultados, según el equipo, demuestran la necesidad detomar medidas de prevención en todas las aguas.
FUENTE: American Journal of Epidemiology, 15 de diciembredel 2010
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