Este artículo se publicó hace 14 años.
Najwa Nimri dice que "su disco es como un romance con Lucifer"
La cantante y actriz pamplonesa Najwa Nimri publica el martes 23 de febrero su cuarto álbum de estudio, "El último Primate" (Warner), en el que recrea su particular imaginario, onírico, animal y romántico y que suena, según sus propias palabras, como "un romance con Lucifer, con el mal".
Nimri se atreve por fin con el español, algo que llevaba pensando desde hacía años -incluso había amenazado con emular a Mala Rodríguez pero desistió porque el rap no era lo suyo- y ahora reconoce, según ha dicho a Efe, que le hacía falta "confianza y muchísimo trabajo" para hacer el salto del inglés al español.
"Soy el último primate convertido en francotirador"; así de fuerte arranca el estribillo del primer sencillo de la cantante, que da título al álbum, en el que muestra esa candidez con la que la cantante es capaz de describir ese "ente fatídico" que puede ser el amor y crear imágenes "tan claras" como "un mono con una metralleta".
"Tus besos en mi lengua se derriten como helado, y que el sol perfore mi piel", canta en "Fácil de romper". Y es que lo suyo es el amor, pero no el amor de besitos y parejitas, sino un amor a lo natural y a lo extraño, algo propio del Romanticismo.
"Mis letras siempre buscan reflejar ese sentimiento de desapego de lo natural, de la lucha contra el todo y de añoranza de lo simple", añade la cantante.
Najwa siempre ha sacado partido de la naturaleza en sus canciones, y delfines, monos, elefantes y hienas comparten protagonismo en sus letras. "Tengo marfil por costillas y en la garganta arañas", susurra en "Me tiene que doler".
Por eso no extraña que compare la industria discográfica con un animal extinto: "La industria es como un mamut, pesado y a punto de mutar... o morir".
Pero Najwa Nimri no es sólo actriz y cantante, también es personaje. Eso se debe, en gran medida, a unas facciones y nombre exóticos. De hecho Najwa significa éxtasis en árabe y su voz es muy peculiar, marcada por los tonos graves y los susurros.
"Lo que me permite lo de mística y enigmática, que es un papel bastante 'pesao', es poder pasar de un montón de cosas y no tener que dar las gracias todo el puñetero rato ni resultar simpática", argumenta.
Concluye, eso sí, enigmáticamente: "El carácter no es más que una pose, y no sé qué soy en esencia". Y a continuación se le van las manos y con toda naturalidad baila unos segundos al ritmo del techno machacón que suena del hilo musical del bar del hotel en el que se realiza la entrevista.
Sin embargo, Nimri también reconoce que debido a su imagen de "femme fatale" ha perdido papeles en cine, "sobre todo comedias", algo que no debe preocuparle pues ha sido doblemente candidata a los Goya como actriz y ha protagonizado películas tan recordadas como "Los Amantes del Circulo Polar", de Julio Medem.
Sin ir más lejos, Najwa tiene cuatro películas pendientes de estreno y en las que ha trabajado con directores de la talla de Achero Mañas e incluso el gurú del cine social europeo, Ken Loach.
Nimri lleva casi veinte años en el cine y, de hacer papeles de joven rebelde en "Salto al vacío", de Daniel Calparsoro, ha pasado a ser madre en películas como "Mataharis", de Iciar Bollaín.
Sin embargo, lo de envejecer -recién cumplidos los 38- no le preocupa para nada.
"Nunca he sido una sex symbol, si lo que has vendido siempre son unas tetas el paso del tiempo es algo muy duro que llevarás muy mal; no es mi caso, yo tengo garantía y longevidad, mi carrera es a largo plazo y tiene que ver con el trabajo", recalca.
Y llevándose la pregunta a un terreno más personal concluye: "No me cambio por los 16 ni loca; ahora lo hago todo mucho mejor, con respecto a los hombres, a todo, disfruto el triple".
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