Este artículo se publicó hace 15 años.
Narcóticos Anónimos, compartir la experiencia como terapia liberadora
Barcelona ha acogido durante esta semana la 33ª Convención Mundial de Narcóticos Anónimos, una ONG que busca rehabilitar a drogodependientes a través de la ayuda entre adictos, en un método que supone una terapia liberadora para sus miembros que comparten con "iguales" su experiencia.
Entre las 7.000 personas que está previsto que pasen por el Centro de Convenciones Internacional de Barcelona (CCIB) hasta el domingo, está Cristina, una joven de 23 años que empezó a consumir drogas a los 14.
Cristina lo abandonó todo por las drogas - estudios, familia e incluso a si misma - y después de probar todo tipo de métodos para desengancharse, no fue hasta que entró en Narcóticos Anónimos (NA) que consiguió 'limpiarse' de su adicción y ahora lleva dos años sin probar las drogas y hace una vida "normal".
Narcóticos Anónimos, presente en 125 países, usa un único método basado en reuniones de grupo semanales dirigidas por un responsable -también ex drogadicto- y que suelen tener lugar en iglesias o espacios cedidos por otras ong, ya que su capacidad económica es mínima porque sólo acepta las contribuciones voluntarias de sus miembros que, generalmente, suelen dar un euro por reunión.
La conversación de grupo se apoya en lecturas editadas por la propia ong y por el enfermo, que además, sigue un sistema de 12 pasos para su recuperación de forma individual.
Estos doce pasos son retos que profundizan en el progreso de la persona más que en el de la enfermedad, e incluyen tareas como la de pedir disculpas a aquellos a los que el drogodependiente ha hecho daño, escribir un diario personal, aceptar el pasado como algo hecho de forma inconsciente por la persona y admitir la enfermedad, para la reincorporación del enfermo a la sociedad.
"Aquí nadie manda, el que está delante es igual que tu", apunta Cristina, y es que el intercambio de experiencias entre iguales provoca que todos los miembros hablen "el mismo lenguaje y eso hace que nos sintamos más identificados".
El rechazo a las instituciones y lo establecido y un cierto "pánico al control" hace que muchos de los drogadictos no se sientan a gusto en hospitales y otros centros médicos, por lo que algunos se convierten en auténticos devotos de NA.
"Debo mi vida a Narcóticos Anónimos", dice Javier, que estuvo 22 años consumiendo drogas y llegó "totalmente derrotado" a la ong en un momento en el que asegura: "mi vida ya no me pertenecía a mi, sino que pertenecía a las drogas".
Barcelona ha sido, durante una semana, el punto de encuentro para los miembros de la organización pero también para curiosos que han podido participar de conferencias y coloquios matutinos así como conciertos y actividades lúdicas por la noche.
En España, hay unos 165 encuentros semanales de Narcóticos Anónimos a los que asisten unos 800 miembros.
Narcóticos Anónimos nació en California en 1983, cuando, un grupo de drogodependientes decidieron promover una terapia similar a la de Alcohólicos Anónimos adaptada a todo tipo de drogadicción.
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