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El empleo negro desinfla la ayuda de los 420 euros

Solo 52.000 personas la han pedido.Las duras condiciones y la necesidad de buscar ingresos alternativos reducen las solicitudes

ANA REQUENA AGUILAR

Hasta el momento, solo 52.252 personas han solicitado el nuevo subsidio para personas desempleadas y sin recursos, cifra que queda muy lejos de las previsiones del Gobierno, que estimó en cerca de 340.000 personas las que se beneficiarían de la nueva prestación, teniendo en cuenta que ahora sólo tienen derecho a ella los que han dejado de percibir ayudas desde el 1 de agosto. Serán más, unos 700.000, cuando el Congreso apruebe la ampliación del subsidio. Entonces podrán cobrarlo los parados que no perciben ninguna ayuda desde el 1 de enero. El pasado 10 de septiembre tan sólo 4.820 personas habían cobrado los 420 euros. La economía sumergida y la necesidad de buscar ingresos alternativos explican, según los expertos, la escasa capacidad de convocatoria de la medida.

'Mucha gente piensa que los cursos de formación a los que te obliga el subsidio no les interesan porque consideran que pierden el tiempo y saben que en la economía sumergida van a ganar más. Aunque no tienen derechos, lo hacen por necesidad, porque nadie vive con 420 euros', dice Francisco Tejero, presidente de la Plataforma de Asociaciones de Parados. Esta ayuda está ligada a un itinerario de formación que los solicitantes están obligada a suscribir y que muchos no pueden llevar a cabo mientras trabajan bajo cuerda.

Muchos piensan que en la economía sumergida van a ganar más

Además, este subsidio es incompatible con el cobro de cualquier otra prestación pública, de forma que los desempleados que estén percibiendo alguna ayuda no pueden beneficiarse de los 420 euros. Como recuerda el economista de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) Florentino Felgueroso, varias ayudas de las comunidades autónomas están en marcha 'y es muy probable que las personas paradas y con cargas familiares aún estén cobrándolas'.

CCOO apunta otros motivos que pueden influir en el bajo número de solicitudes, como el tope máximo de renta. Uno de los requisitos es que los ingresos de la unidad familiar no superen el 75% del Salario Mínimo Interprofesional (624 euros), un límite fácil de rebasar. 'El porcentaje de renta que se ha establecido está dejando fuera a mucha gente', opina Paloma López, secretaria de Empleo de CCOO. Si en una unidad familiar de, por ejemplo, tres miembros, uno de ellos cobra 1.700 euros netos al mes, un segundo miebro no trabaja y el tercero también está desempleado y ya sin prestación, no podría acceder al subsidio.

La obligación de realizar cursos de formación también desincentiva

Además, el plazo para solicitar la ayuda es de 60 días desde que se agota la prestación, frente a los 15 días habituales. Miguel, jefe de una oficina de prestaciones, señala que ahí está una de las claves: 'La gente está intentando encontrar un trabajo y están esperando hasta el último momento; además, saben que es retroactivo y que aunque tarden un poco más en pedirlo lo cobrarán igual'.

A pesar de que todos los parados que cumplen los requisitos son informados de la existencia de la ayuda por carta, Miguel asegura que la saturación de las oficinas de empleo es tal que es imposible 'dar un poco de información de calidad'. 'Cada funcionario que trabaja de cara al público atiende a 100 ó 150 personas al día, apenas tienen tiempo para ellos', afirma. Felgueroso apunta en la misma dirección: 'Los servicios de empleo están saturados desde hace tiempo, esta medida debería haber ido acompañada de un aumento de personal, cosa que no ha sucedido'. El economista cree que en octubre repuntará el número de solicitudes, porque son muchos los que están en trámites para obtener los documentos con los que solicitar el subsidio.

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