Este artículo se publicó hace 14 años.
Netanyahu se juega hoy el control de su partido, el Likud
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se juega hoy el mantener el control de su partido, el derechista Likud, en una votación de su propuesta para posponer dos años las elecciones internas.
El jefe del Gobierno necesita una mayoría de dos tercios entre los 2.525 miembros del Comité Central de la formación para evitar la celebración de comicios a las instituciones del partido, que no se celebran desde hace ocho años.
Las votaciones comenzaron esta mañana a las 10.00 hora local (7.00 GMT), se prolongarán hasta última hora de la noche en 28 centros de voto y se espera conocer los resultados a medianoche.
La pérdida de la consulta de hoy supondría un serio revés para Netanyahu en un momento en el que su imagen internacional está seriamente debilitada por la crisis diplomática con el principal aliado de Israel, Estados Unidos, y las críticas abiertas de socios europeos, como Francia y Alemania, a cuenta del estancamiento del proceso de paz con los palestinos.
"Bibi", como se le llama informalmente en Israel, no las tiene todas consigo y admitía ayer que ganar la consulta sería "casi imposible", aunque mostró también su confianza en que una alta participación le permita obtener los 1.500 apoyos que necesita.
"He pasado los dos últimos días esforzándome en convencer al público de que vote una propuesta que me permitirá concentrarme en los asuntos importantes", dijo esta mañana Netanyahu tras emitir su voto en Tel Aviv.
El primer ministro argumenta que necesita estabilidad en el partido para enfrentarse a las presiones de la comunidad internacional para que Israel cese la construcción en los asentamientos judíos en Jerusalén Este, territorio palestino ocupado desde 1967, y haga concesiones que lleven a la creación de un Estado palestino.
Netanyahu también argumenta que la convocatoria ahora de comicios supondría un avance en las instituciones del partido de lo que denomina "grupo extremista mesiánico", la facción "Liderazgo Judío" que encabeza el ultraderechista Moshe Feiglin.
El equipo de Netanyahu considera que ese grupo podría hacerse ahora con hasta un 20 por ciento de los apoyos, mientras que, si los comicios se posponen hasta el 2012, su influencia podría reducirse a la mitad debido a las nuevas afiliaciones.
El presidente del Likud logró, gracias a una estratagema legal, dejar fuera de las listas del Likud en las últimas elecciones generales, en febrero de 2009, a Feiglin, un ultraderechista partidario de medidas tan controvertidas como transferir forzosamente a los territorios palestinos a los ciudadanos árabes-israelíes.
La de Feiling es una de las principales voces en oponerse públicamente al retraso de los comicios internos, pero no la única, pues sectores más moderados del partido también rechazan la iniciativa.
La diputada Diri Regev considera esencial renovar las instituciones "para mantener el carácter democrático" del Likud, que ya perdió a varios pesos pesados en 2005 con la creación del Kadima por Ariel Sharón.
Otros legisladores, como Dani Danon, Yariv Levin y Tzipi Hotovely, han pedido a sus seguidores que apoyen hoy el "no" en las urnas.
El analista Ben Caspit critica hoy en el diario "Maariv" el que Netanyahu trate de posponer los comicios internos y advierte de que dentro de dos años sus dirigentes "dirán que hay elecciones generales" y por tanto tampoco es un buen momento para renovar las instituciones.
"La parálisis democrática que ha atenazado al partido durante los últimos ocho años ha acabado con la pérdida de una generación entera", asegura el analista, que se pregunta "¿qué incentivo tienen los jóvenes de ingresar en el Likud si no tienen oportunidad de llegar a la lista electoral, si todo está fosilizado?".
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