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New Order resarce al Sónar de una deuda histórica con actuación de clásicos

EFE

Resulta extraño que New Order, los padres del pop electrónico, hayan tardado 19 años en actuar en el Sónar, la cita por antonomasia de la música electrónica en Europa. Hoy han resarcido esta deuda histórica con un concierto que, aunque con retraso, ha servido para repasar un repertorio de clásicos

La banda liderada por Bernard Sumner ha actuado en el escenario SónarClub ante unos miles de elegidos -acreditados y un amplio grupo de invitados por uno de los patrocinadores del festival- muchos de ellos llegados a la carrera del recinto del día del Sónar para no perderse el comienzo del concierto.

Tras el preceptivo "Hola, we're New Order", y una introducción instrumental ("Elegía"), la banda de Manchester, con una puesta en escena de un grupo talludito pero resultón ha atacado "Crystal".

La voz de Sumner sonaba amortiguada bajo la potencia eléctrica de la banda aunque él se ha esforzado en todo momento para hacerse oír,

Saltando de década en década por sus 32 años de carrera y sus varios giros estilísticos (sus retiradas y disputas incluidas) han ido cayendo los "hitazos": "Regret", "Ceremony", "Age of consent", "Isolation", "Run for a day", "1963".

Pero, en este torbellino ha habido tiempo para las bromas, en concreto con el público irlandés (que lo había), cuando Sumner ha recordado que España había ganado a Irlanda 4-0 en la Eurocopa. El fútbol lo puede todo y aparece donde menos te lo esperas.

El éxtasis del público ha llegado con la concatenación de "Bizarre Love Triangle" y "True Faith" dos canciones que esta noche han servido para unir a varias generaciones: aquellos que las disfrutaron en su momento, cuarentones y cincuentones, y los más jóvenes que las han ido heredando, en sus diferentes remezclas.

Con la quinta puesta, la banda -Stephen Morris, Phil Cunningham y Gillian Gilbert y Tom Chapman- han mantenido la tensión con "586", y especialmente "Blue Monday", en una de esas versiones "extralargas" que los nuevo New Order hacen de sus canciones, y que hay que apuntar, a veces, se hacen un pelín largas.

Los bises han servido para viajar aún más en el tiempo, hasta caer en la banda primigenia, "Joy División", un deseo que todos esperaban se cumpliera. Ha sido el instante más oscuro del concierto: "Transmision" y "Love will tear us apart", han aportado el lado tenebroso que muchos siguen buscando en el grupo de Manchester.

Puede que entre el público haya quien haya echado de menos a Peter Hook, el bajista que abandonó la banda en 2007, y que abomina del reencuentro de la banda, y que incluso ha llegado a asegurar que los New Order sin su presencia, son como los Queen sin Freddy Mercury o U2 sin The Edge.

No obstante, esta renovada banda, que repetirá actuación el sábado 16 de junio, esta vez para todo el público de pago del festival, han cumplido con la historia en un concierto que pone fin a lo que parecía una herejía. La organización del Sónar ya los puede tachar de la lista.

El Sónar, que se celebra hasta el próximo sábado, incluye un programa con más de 150 propuestas, musicales y artísticas, y hoy ya ha batido su récord con más de 90.000 entradas para los tres día del festival.

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