Nicolas Philibert se reencuentra con el pasado en "Regreso a Normandia"

El francés Nicolas Philibert, uno de los documentalistas más prestigiosos del panorama internacional, ha basado en una serie de encuentros su nueva cinta, "Regreso a Normandía", su relato más subjetivo, en el que se reúne con los protagonistas de uno de sus primeros trabajos como cineasta.

Philibert dota a sus películas de una narración casual que poco tiene que ver con el género documental y, en esta ocasión, se enfrenta a su proyecto más personal, tras lograr un éxito inusitado con su anterior trabajo, "Ser y tener".

"Estoy en un momento de mi vida en el que quiero mostrar lo que soy y a las personas a las que se lo debo", ha explicado hoy a Efe el cineasta, quien estrena este viernes su último trabajo.

Algunas de esas personas resurgen en "Regreso a Normandía". En 1975, Philibert, por aquel entonces un joven ayudante de dirección, participó en el rodaje de "Yo, Pierre Rivière, habiendo matado a mi madre, mi hermana y mi hermano...", cinta de René Allio inspirada en un crimen que tuvo lugar en Normandía hace 140 años.

El equipo de cineastas decidió que fueran los propios granjeros de la región los que interpretaran la tragedia protagonizada por sus antepasados, y es con ellos con los que el director francés se reencuentra en "Regreso a Normandía".

Cuando llegaron a la región hace 30 años encontraron en sus habitantes una "desconfianza legítima" hacia unos cineastas parisinos que irrumpían en su cotidianeidad.

"Tenían tantos prejuicios hacia el mundo del cine como nosotros los tendríamos hacia el mundo rural -ha recordado el director-, pero a fuerza de explicarles conseguimos arrastrar a toda la comarca".

Su vuelta al lugar con "Regreso a Normandía" supuso "un reencuentro caluroso y espontáneo". "Todos ellos eran sensibles al hecho de que no se les había olvidado y aceptaron fácilmente filmar de nuevo", ha asegurado el francés, que en mayo será objeto de una retrospectiva de su obra en la próxima edición del festival DocumentaMadrid.

A través de este acercamiento entre las personas que se encuentran a ambos lados de la cámara, Philibert amplía el abanico de historias reflejadas con su mirada y aborda el sufrimiento, los deseos y vicisitudes llegadas con el paso del tiempo.