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"No hay noticia de efectos negativos"

Odacir Klein, presidente de la Asociación Brasileña de Productores de Maíz y ex secretario de Estado de Agricultura de Brasil

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¿Por qué Brasil apostó por los transgénicos?
El comienzo de los cultivos fue ilegal. Se traían semillas de soja modificada de Argentina porque tenían más rendimiento y menos costes, ya que empleaban menos herbicidas. Se creó un comité técnico para evaluar la seguridad de las semillas y sus impactos en la sanidad, el medio ambiente y la agricultura. Cuando se comprobó que eran seguras, se legalizó su uso.

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¿Y en el caso del maíz?
El maíz no entró de forma ilegal. Con la ley aprobada cada empresa presentó su informe y ya hay seis variedades en el mercado. El maíz transgénico revitaliza la agricultura, la hace más sostenible, competitiva y diversificada. Cuando se dejan de emplear venenos y herbicidas se cuida el medio ambiente e incluso la salud del agricultor, que ya no tiene que aplicar esos herbicidas.

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Desde la asociación que preside, ¿se apoya la plantación de transgénicos?
Es una decisión económica del productor. Nosotros defendemos que se pueda elegir, y que se pueda producir y vender.

En los 10 años que llevan plantando transgénicos, ¿ha habido algún impacto negativo en el medio ambiente?
No hay noticia de efectos negativos.

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¿Hay que aumentar la superficie de maíz modificado?
El año pasado sólo se pudo plantar el 6% porque era el primer año de autorización y faltaban semillas, pero habrá que aumentar más para poder competir con EEUU, que es el primer productor del mundo, con 50 millones de toneladas para exportación. Nosotros tenemos seis millones. Hay que aumentar la producción transgénica, pero incluso EEUU no tiene toda la producción.

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