Este artículo se publicó hace 14 años.
No es necesario que las embarazadas ayunen en trabajo de parto
Por Megan Brooks
No hay motivo para negarlelíquido y comida durante el trabajo de parto a una embarazadacon bajo riesgo de complicaciones, afirmó una revisión deestudios.
"Las mujeres deberían poder elegir libremente si quierencomer y tomar líquidos", escribieron los autores en CochraneLibrary, una publicación de Cochrane Collaboration, unaorganización internacional que evalúa las investigacionesmédicas.
El equipo de la doctora Jennifer Milosavljevic,especialista en obstetricia y ginecología del Sistema de SaludHenry Ford, en Detroit, que no participó en el estudio,coincidió con la conclusión.
"En mi experiencia, a la mayoría de las embarazadas delHenry Ford se les indica una dieta líquida durante el trabajode parto que incluye agua, jugo de manzana y de arándano, caldoy gelatina", dijo a Reuters Health.
"Si se prolonga la inducción del parto, se permite unadieta común y pueden comer cualquier cosa fuera del menú entrelas distintas técnicas de estímulo", agregó.
La doctora no observó resultados adversos por la opción detomar líquidos y/o comer durante el trabajo de parto.
La política hospitalaria durante décadas permitió a lasembarazadas tomar pequeños sorbos de agua o cubos de hielodurante el trabajo de parto para calmar la sed.
Tal como mostraron algunos estudios en la década de 1940,existía el temor de que si se necesitaba utilizar anestesiageneral para una cesárea, esa mujer podría inhalar los líquidoso el alimento regurgitados, causando neumonía u otros problemaspulmonares.
Pero la anestesia mejoró desde entonces. Hoy existe laanestesia local y su uso general es más seguro.
Y las actitudes hacia el consumo de alimentos y líquidos enel trabajo de parto se relajaron.
El equipo revisó cinco estudios sobre más de 3.100embarazadas que analizaron la evidencia de limitar la comida yla bebida en las mujeres que se consideró que no necesitaríananestesia.
Un estudio comparó la restricción total con la libertad decomer y beber a gusto. Otros dos confrontaron el uso de aguaúnicamente con el consumo de ciertos líquidos y alimentos.
Los dos restantes contrapusieron la opción de tomar sóloagua con la de dar a las mujeres bebidas con carbohidratos.
Las evidencias no mostraron beneficios ni daños por ladecisión de restringir los alimentos y los líquidos a lasembarazadas.
El equipo señaló que muchas mujeres no desean comer nitomar líquidos durante el trabajo de parto. Sin embargo, losestudios demostraron que a algunas les molesta que les imponganesa restricción.
El desequilibrio nutricional también estaría asociado conun trabajo de parto más prolongado y doloroso. Beber líquidostransparentes en poca cantidad brinda alivio a las mujeres enel momento de la concepción y no aumenta el riesgo de sufrircomplicaciones en el parto.
El equipo no halló estudios sobre el peligro de comer ybeber para las mujeres con alta posibilidad de necesitaranestesia, por lo que se necesitan más investigaciones alrespecto.
FUENTE: Cochrane Library, 2010
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