Noche de copas

No tengo una sola imagen de las finales de Copa que ha disputado el Barça. Pero recuerdo algunas épicas y casi siempre contra el eterno rival, el Real Madrid. Por ejemplo, la final de 1983: aquel vuelo acrobático de Marcos, culminado con un certero cabezazo mientras se caía, decantó la final del lado azulgrana y desató la locura de un joven y culé Schuster. Y la final de 1990, en Mestalla, otra vez frente al mismo rival. Fue aquella victoria sobre la que Chendo dijo a la conclusión: "Lo que más me jode es que ha ganado la Copa un equipo que no es español".

Luego, están las finales disputadas contra equipos vascos. La final perdida contra el Athletic Club (1984) y que terminó con una tangana monumental. Y, más recientemente, las finales ganadas al Betis, con un decisivo Amunike la final del Campeolones, y al Mallorca, en los penaltis.

Guardo un recuerdo especial de la final perdida en Zaragoza contra el Atlético de Madrid de los Antic, Pantic, Caminero y compañía. Nos tenían tomada la medida. Fui con unos colegas del programa televisivo La Barberia. Todos en la misma furgoneta. El partido lo perdimos, pero el viaje fue para no olvidarlo jamás.

Hace 11 años que no alzamos la Copa, una competición que hace tiempo, a falta de Ligas, era una buena tabla de salvación. Pero en el Barça de Guardiola eso no ocurre. Con toda la prudencia y respeto del mundo hacia el rival, aspiramos ahora a la vigésimo quinta Copa.