Este artículo se publicó hace 13 años.
La noche más triste del socialismo
No por esperado el batacazo electoral ha caído con menos dureza en Ferraz
Pablo Machuca
Frente a la sede del PSOE, en la calle Ferraz, no se agitaban banderas. Sólo se movían las hojas de los árboles en la noche del 20 de noviembre, jornada electoral que ha dejado a los socialistas tan fríos como el clima.
No por esperados los resultados han caído con menos dureza. Elena Valenciano era la primera en hacer frente al sondeo de Demoscopia para RTVE, que ya daba al PP una mayoría holgada, con entre 181 y 185 diputados. El PSOE se quedaba entre 119 y 115 escaños. La directora de campaña del PSOE admitía que el PP vencía, pero otorgaba a su partido un "notable grado de apoyo ciudadano". La dirigente socialista agradecía "de antemano" el respaldo y también por anticipado anunciaba que su partido aceptaría el veredicto de las urnas.
El desánimo cundió con los primeros resultados oficiales
Con los primeros resultados, que dejaban a Rubalcaba más cerca de los 100 escaños que de remontar las malas encuestas, comenzaba a cundir el desánimo. Caras largas y miradas atónitas a los monitores formaban parte del paisaje en Ferraz. "La próxima", aseguraba con esperanza una mujer. "No, no, la próxima no", le respondía con pesimismo otra señora. También aparecían las primeras críticas a posteriori, como un hombre que se quejaba del color de fondo en el lema de campaña: "Ese azul...", protestaba.
Escrutado el 70% de los votos, en el PSOE ya reconocían la victoria conservadora y los terribles resultados. Sólo quedaba esperar la comparecencia de Rubalcaba y las consecuencias que la noche electoral podría provocar en las filas socialistas.
"La próxima". "No, no, la próxima no"
Cruzado el umbral del 80%, aparecía el candidato. Casi sin que le dejaran, lograba admitir los resultados: "Hemos perdido claramente las elecciones". "¡Como tú ninguno!", interrumpía una militante. "Gracias", respondía Rubalcaba con un hilo de voz con el que ha llegado al final de su intervención, cuando todo su equipo se ha acercado a abrazarle y besarle. En ese momento, ningún televisor en Ferraz daba ya el escrutinio en directo. Aceptada la derrota, los resultados pasaban a un segundo plano.
Era el tiempo de la compasión y el reconocimiento al esfuerzo realizado durante la campaña. Así lo hizo pasadas las 23:00 horas Elena Valenciano, quien se acercó al equipo que se ha encargado de 'mover' al PSOE en las redes sociales. Se producía entonces la segunda y última ovación de la noche en la sede del PSOE, que media hora más tarde se quedaba de nuevo en silencio, tal y como empezó la jornada más triste del socialismo en democracia.
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