Este artículo se publicó hace 16 años.
"Esta noche se sabrá qué hago en el internado"
La serie de Antena 3 cierra esta noche su tercera temporada desvelando misterios
Para el protagonista de una de las series de mayor éxito de la parrilla actual, Luis Merlo (Madrid, 1966), los actores deberían desentenderse de los problemas del share: El medidor de audiencias es un tirano espantoso. En su caso, el de El internado, el medidor le acompaña. Esta ficción lleva varias semanas haciendo muy buenos números y hoy, que despiden la tercera temporada desvelando sus misterios, seguro que los mejora.
En el género de misterio, explica, siempre se cierran unas puertas para abrirse otras. Con respecto a su personaje, Héctor, quedará muy claro qué hace en el internado de Laguna Negra, qué pinto allí. De algún modo se sabe que algo en su pasado le liga con ese lugar, pero Merlo asegura que nos llevaremos la sorpresa de conocer la bellísima relación que le une a Jacinta, el personaje que interpreta Amparo Baró. Me van a echar por decirlo, bromea.
Divino tesoro
El balance es muy positivo, dice Merlo, porque soy feliz haciendo lo que hago, interpretando un personaje al que tengo muchísimo cariño. Y añade que siente una especial satisfacción por trabajar con gente joven que me mira como yo miraba a mis mayores hace 22 años, cuando empezaba.
Se refiere a jóvenes actores como Martín Rivas y Ana de Armas, que arrastran tras de sí todo un fenómeno fan. Para Merlo, que ha rodado ya más de 200 capítulos de series, esto muestra que lo que estamos haciendo es algo actual, contemporáneo, que encaja con el tiempo en que vivimos.
Le gusta hablar de la juventud actual. Han visto mucho cine americano, están en la calle, demandan un lenguaje más coloquial, más sincero y con menos prejuicios. Pero también añade sufren de una apatía que a veces se resuelve a través de caminos muy equivocados. Los menos experimentados del reparto de El internado se han acostumbrado a pedirle consejo sobre sus carreras o sobre su papel, como a un actor consagrado. Esa palabra da miedo, por las connotaciones religiosas y porque parece que te lo sabes todo.
El reparto de la serie desconoce el devenir de las tramas con antelación. En su caso, hace poco más de un mes que conoce el desenlace de su personaje de esta noche, poco antes de rodarlo. Esto te hace trabajar como deberíamos hacerlo los actores, asegura, en el aquí y el ahora. No hay nada mejor que eso insiste, en una serie de intriga, porque nos obliga a guardarnos algo para nosotros en cada secuencia, a reservarnos un punto deambigüedad.
Reconoce que la televisión ha cambiado mucho desde que trabajara en Canguros (1994). Eso se debe, reflexiona, al trabajo de productoras como la nuestra, que es la que más ha investigado los nuevos caminos arriesgándose a cada paso. Lo que hacemos, sentencia, se parece más al cine que a la tele que conocíamos.
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