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Nottingham inaugura con David Hockney una galería de arte contemporáneo

EFE

Con una exposición dedicada al artista británico David Hockney (nacido en 1937), la ciudad de Nottingham (centro de Inglaterra) ha inaugurado una de las mayores galerías de arte contemporáneo del Reino Unido.

El edificio, diseñado por el estudio de Caruso St John, está situado en la parte más antigua de la ciudad, lugar que fue sucesivamente un fuerte sajón, un Ayuntamiento medieval y un cruce ferroviario en la entrada a un túnel que atravesaba el centro urbano.

Entre las fuentes de inspiración de los arquitectos Adam Caruso y Peter St John figuran los elegantes edificios industriales del próximo Mercado de Encajes, industria que floreció en la ciudad a finales del siglo XIX.

Los arquitectos buscaron también inspiración en los almacenes convertidos en estudios de artistas en Nueva York durante los años sesenta y en la capital alemana dos décadas más tarde.

La forma irregular del edificio se consiguió aprovechando al máximo el espacio disponible y reduciendo su impacto en la línea del horizonte urbano.

La galería, que tiene una superficie total de 3.000 metros cuadrados, parece mucho mayor por dentro que visto desde el exterior ya que está excavado en la roca de arenisca que recorre el centro de la ciudad.

En su extremo norte, el edificio da la impresión de constar de una sola planta mientras que por el sur se ven los cuatro pisos que lo componen.

Un enorme espacio de hormigón, el mayor de todo el edificio, situado bajo la roca, ocupa dos pisos en la parte norte, y podrá acoger todo tipo de eventos culturales así como obras de arte de gran tamaño.

Se entra en la galería bajo un gran dosel, y desde fuera el visitante puede ver ya algunas de las obras expuestas gracias a que las puertas son de doble cristal.

La planta superior consta de cuatro salas con un área combinada de 775 metros cuadrados. Las salas tienen luz natural que les llega a través de 132 claraboyas piramidales.

Una de las galerías tiene ocho metros de altura, el doble que las demás, y está iluminada por una única claraboya también piramidal aunque mayor que las de las otras salas y tiene en una de las paredes una gran ventana del tamaño de una pantalla cinematográfica a través de la cual los transeúntes pueden ver lo que ocurre dentro.

El exterior del edificio está adornado con paneles cóncavos de hormigón, de trece metros de altura, pintados de un verde pálido, y muchos de ellos tienen como motivo ornamental un tipo de encaje fabricado por un empresario local que fue alcalde de la ciudad.

Los arquitectos Caruso y St John fundaron su estudio en 1990 y desde entonces han trabajado en numerosos proyectos públicos: entre sus clientes figura la galería Tate Britain, el museo Victoria & Albert, de Londres, así como los ferrocarriles suizos y la galería privada Gagosian.

La galería, que se ha inaugurado con una exposición dedicada a Hockney, abarca desde sus primeras obras, plenamente adscritas al movimiento pop y que datan de cuando estudiaba aún en el Royal College of Art londinense hasta las que hizo en Los Ángeles, adonde viajó en 1964 en busca de sol y de placeres homosexuales.

En la ciudad californiana pintó sus célebres imágenes de piscinas de aguas azules, céspedes regados por aspersión y hermosos cuerpos de efebos, motivos que le hicieron famoso rápidamente.

La exposición termina con el regreso de Hockney a Europa con treinta años tras su primera etapa en California, adonde regresaría más tarde para escapar otra vez de un ambiente como el inglés que consideraba asfixiante.

Las obras de esa fase temprana de su carrera, acaso la más interesante, son, con su humor, inventiva y clara sensualidad, un irónico reflejo de aquellos años.

En ellas es posible encontrar referencias lo mismo a la poesía homoerótica de Walt Whitman o del premio Nobel griego CP Cavafy que a la arqueología egipcia, los grafiti callejeros o el arte comercial.

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