Este artículo se publicó hace 15 años.
La nueva estrategia para Afganistán se centrará en destruir Al Qaeda, dice Obama
La destrucción de Al Qaeda, tras siete años de guerra, será el eje de la nueva estrategia de Estados Unidos para Afganistán presentada hoy por el presidente Barack Obama y que incluirá el envío de 4.000 soldados adicionales a Afganistán.
"La situación es cada vez más peligrosa" en Afganistán, indicó el presidente estadounidense, que precisó que Al Qaeda cuenta con un refugio en la frontera con Pakistán desde donde trama nuevos atentados. "La seguridad de todo el mundo está en juego", alertó.
Obama presentó la esperada revisión estratégica hacia Afganistán, que se diseñaba desde hace dos meses, en un acto en el Edificio Ejecutivo de la Casa Blanca, en el que estuvieron presentes, entre otros, la secretaria de Estado, Hillary Clinton y el secretario de Defensa, Robert Gates.
La nueva estrategia será "más firme, más inteligente y exhaustiva", afirmó Obama, y tendrá como meta "desactivar, desmantelar y derrotar a Al Qaeda en Pakistán y Afganistán e impedir su regreso a cualquiera de esos países en el futuro".
El plan abandona la prioridad sentada por el presidente anterior, George W. Bush, de asentar la democracia en el país y tendrá varios aspectos: militar, civil, ayuda económica y cooperación internacional.
En el ámbito militar, se buscará fomentar el adiestramiento de las fuerzas de seguridad afganas, que se busca que cuenten con 134.000 soldados y 82.000 policías.
Para ello, Estados Unidos enviará un contingente adicional de 4.000 soldados, posiblemente en junio, que tendrán como misión formar y asesorar a esas fuerzas de seguridad.
Estas tropas se sumarán a los refuerzos ya anunciados de 17.000 soldados estadounidenses, que llegarán en los próximos meses y se sumarán a los 36.000 ya desplegados en Afganistán.
Además, EE.UU. aumentará su envío de personal civil -especialistas en agricultura, ingenieros y educadores, entre otros- para "mejorar la seguridad, la oportunidad y la justicia" en todo el territorio afgano, afirmó Obama.
Una de las prioridades, según explicó posteriormente el enviado especial de EE.UU. a Afganistán y Pakistán, Richard Holbrooke, será la lucha contra la corrupción, "un cáncer que está destruyendo el país", resta autoridad al Gobierno y cuya impopularidad sirve de "banderín de reclutamiento" al movimiento talibán.
El plan se centrará también en Pakistán porque, a juicio de Obama, "el futuro de Afganistán está ligado de manera inextricable al de su vecino".
Así, indicó, busca un aumento de la ayuda a Pakistán, que estará condicionada a que ese país aumente sus esfuerzos en la lucha contra los insurgentes y al respeto a las autoridades democráticas.
Obama busca triplicar la ayuda anual a Pakistán, para dejarla en 1.500 millones de dólares anuales, el triple de lo actual.
El Gobierno de EE.UU. aplicará una serie de parámetros para juzgar el éxito del plan en sus principales objetivos: la lucha contra los insurgentes, el adiestramiento de las tropas afganas y el crecimiento de la economía del país.
La intención es "garantizar que no insistimos en mantener el mismo rumbo en vano", explicó Obama, en una alusión muy poco velada a su predecesor, que siempre insistió en que Estados Unidos "mantendría el rumbo" en Afganistán.
Según matizó Holbrooke, los parámetros aún no están definidos, ni cuentan con un calendario para medir el éxito, sino que se irán fijando a medida que avance la misión. La idea, explicó, es permitir la mayor flexibilidad posible.
El plan también incluye entre sus elementos un aumento de la cooperación internacional.
Así, explicó Obama, EE.UU. "pedirá a los demás que cumplan su parte".
En la cumbre de la OTAN la próxima semana pedirá a los aliados "el apoyo a las elecciones afganas, el adiestramiento de las fuerzas afganas y un mayor compromiso civil con el pueblo afgano".
Obama anunció, asimismo, un nuevo Grupo de Contacto, junto a la ONU, que incluirá a los países con intereses en la zona: la OTAN, los estados centroasiáticos, los países del Golfo, Irán, Rusia, India y China.
"Ninguno de esos países se beneficia de que exista una base para los terroristas de Al Qaeda y de que la región caiga en el caos. Todos se benefician de la promesa de una paz duradera, de seguridad y de desarrollo", destacó.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.