Este artículo se publicó hace 15 años.
La nueva gripe podría reducir la cifra total de muertes por gripe en España
La nueva gripe (AH1N1), con menor gravedad y mortalidad que la gripe estacional, podría reducir -según algunos expertos- el número total de muertes anuales por gripe estacional en España si se observan los datos de los países que ya han superado el invierno austral y teniendo en cuenta que la "nueva" puede desplazar en parte a la común.
En los países que han pasado ya el invierno se ha observado que el virus de la gripe A ha desplazado a otros como el de la gripe común o estacional, según expertos consultados por EFE que han pronosticado un comportamiento similar en España durante los próximos meses.
El médico de atención primaria y profesor honorario de la Universidad Autónoma de Madrid, Juan Gervás, ha explicado que "está demostrado que el 90 por ciento de los virus gripales circulantes son de gripe A, y en 2010 serán el cien por cien".
Las previsiones para el invierno en España "calculan unas 500 muertes por gripe A, frente a las cifras habituales de muertes por gripe estacional, que se situaban en unas 5.000 anuales", ha afirmado Gervás.
Este médico ha observado, en declaraciones a EFE que en Nueva Zelanda "el número de muertes ha bajado de las 400 habituales a 17" por lo que algunos informes médicos comienzan a plantear la posibilidad de considerar la gripe A como una protección".
Gervás ha recordado que la OMS previó que alrededor del 50 por ciento de la población se infectaría por gripe A durante el invierno, pero en el hemisferio sur el porcentaje no ha sido superior al cinco por ciento, similar al número de personas afectadas por la gripe estacional en años anteriores.
El doctor ha insistido en que la OMS se ha equivocado con sus pronósticos, "igual que sucedió con las muertes pronosticadas por contagio de la gripe aviar; calculó más de siete millones de muertes y sólo se produjeron unas 250 en todo el mundo".
Gervás ha señalado que "vacunarse contra la gripe estacional no tiene sentido este año" y que "no hay suficientes ensayos clínicos que permitan tomar decisiones fundadas" respecto a la vacuna para la gripe A que comenzará a distribuirse el próximo noviembre.
Los países del hemisferio sur han pasado el invierno sin la vacuna y, para Gervás, eso tiene una ventaja, "pasar esta gripe es una especie de vacuna natural para unos 50 años, mientras que de otra forma habría que vacunar todos los años contra la gripe.
En personas que no sufren enfermedades crónicas, la gripe A no requiere mayor tratamiento que la gripe estacional, ha explicado este médico, que recomienda los cuidados habituales que se toman ante cualquier cuadro gripal y los medicamentos recomendados en estos casos.
Gervás ha denunciado que "al menos la mitad de las personas que toma los antivirales sufre efectos secundarios leves" como vómitos o desarreglos intestinales, entre otros, y que hasta un dieciocho por ciento sufre alteraciones neuropsiquiátricas, motivo por el que los medicamentos han sido prohibidos ya en Japón.
"Me parece una barbaridad recetarlos en cuadros de poca relevancia, cuando se han demostrado sus efectos adversos; va contra la ética profesional", ha insistido.
Gervás, que pertenece al equipo de investigación médica CESCA (un grupo profesional de investigación, estudio y docencia en Atención Primaria y Medicina General de Familia) considera que las medidas de higiene "no deben ser exageradas" y que son innecesarios los planes de contingencia en las empresas distintos de los preparados para la gripe común.
A su juicio, la alarma social creada "es la suma de intereses parciales de la industria farmacéutica, pero también de los organismos médicos internacionales, de la industria del jabón o de las mascarillas, entre otros, pero produce un resultado espantoso: el pánico innecesario de los ciudadanos ante una gripe de carácter leve".
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