Este artículo se publicó hace 15 años.
Una nueva traductora dio un giro a la negociación
El embajador Martín Cinto revela cómo un cambio de estrategia a partir del 6 de noviembre facilitó el acuerdo con los piratas
El 6 de noviembre, el embajador de España en Kenia, Nicolás Martín Cinto, retomó la negociación para resolver el secuestro del Alakrana. Uno de los cambios aparentemente banal que impuso en esa nueva fase negociadora ha resultado "decisivo", según sus propias palabras, para lograr el fin del cautiverio del navío: la utilización de una nueva traductora.
"No me fiaba de lo que les transmitía a los piratas su traductor, que es el que estábamos usando. Por ello impuse a mi traductor. En la primera conversación telefónica los piratas me insultaron, me pusieron verde. Les dije: miren, esto es lo que hay. Al final, el problema es que mi traductora era una mujer, y eso, en una sociedad tan machista", ríe Martín Cinto.
Según el embajador, la labor de Amina, "una profesional de mi total confianza", ha sido fundamental para la resolución del secuestro del Alakrana. "No sólo era traductora, sino también un poco psicóloga. Ella detectaba los distintos tonos de voz de los secuestradores y por cómo decían las cosas sabía quién mentía y de quién nos podíamos fiar. Eso ha sido decisivo. Porque aquí todo el mundo intenta engañarte", explicó Martín Cinto a Público por teléfono desde Nairobi.
Detectaba quién mentía y de quién se podian fiar
El embajador declinó dar detalles del rescate. "No he participado y no me consta absolutamente nada, ni siquiera que se haya pagado", dijo, y negó haber prometido la devolución de los dos piratas detenidos en España: "Depende de lo que diga la Audiencia Nacional. Si les condena a una pena inferior a seis años, pueden cumplirla en Somalia".
La comunicación constante con el Alakrana ha sido otro de los factores que ha hecho posible el éxito del proceso. "He hablado todos los días con el capitán y con el patrón". Ayer, Martín Cinto volvió a hablar con el patrón, Richardo Blach. "Estaba encantado y emocionado. Es un hombre ejemplar, nos ha mantenido la moral a todos, al barco y a nosotros. Un hombre de hierro, de una pieza, por quien tengo una total admiración aunque no le conozca en persona", afirmó.
El diplomático, con experiencia en la resolución de otros secuestros en Somalia, como el del fotógrafo gallego José Cendón o el del pesquero Playa de Bakio, niega que esta negociación haya sido la más dura de su carrera. "Todos los secuestros son distintos, tienen su parte dura y momentos de euforia. Pueden ser cortos pero te juegas la vida, o largos pero negocias desde Nairobi. Cada uno tiene sus características". Sí admite que en estos días "no ha habido fines de semana ni puentes. Ha sido sesión permanente". También ha tratado de mantenerse aislado del huracán informativo para poder hacer su trabajo. "No he querido saber nada de las noticias en España durante estos días, porque si no te vuelves loco".
"No ha habido fines de semana ni puentes. Ha sido sesión permanente"
El carácter somalí tampoco ayuda en una negociación. "Es completamente anárquico. Hablan a gritos, para un español sería muy histérico. Es una sociedad nómada acostumbrada a la palabra y que no escribía hasta hace 20 años. Que te insulten no te debe asustar, pues es su manera de expresarse". Sin embargo, a falta de textos escritos, la palabra sí tiene un gran valor. "Es difícil llegar a un acuerdo pero, cuando lo logras, no lo rompen", dice.
Martín Cinto se confiesa "un poquitín cansado", pero en su voz sólo se nota energía y satisfacción. "Para eso nos pagan".
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