“No cotizáis en bolsa y raramente aparecéis en las páginas salmón de los diarios de economía, pero sois la primera empresa en facturación y empleo”. La frase es de Zapatero, y la pronunció en un mitin previo a las elecciones de 2004 en referencia a los autónomos. Un lustro después de aquella afirmación, los trabajadores por cuenta propia tienen un Estatuto que reconoce sus derechos, y el ahora presidente se ha comprometido a diseñar las medidas necesarias para aliviar el impacto de la crisis en su actividad.

El 18 de marzo, el jefe de Gobierno recibió a los representantes de UPTA y ATA en La Moncloa, y hace dos semanas arrancó una mesa de trabajo que, coordinada por el ministerio de Celestino Corbacho, está analizando la situación del colectivo. Su objetivo es identificar las necesidades más urgentes, y se espera que a lo largo de este mes el Ejecutivo adopte iniciativas orientadas a paliar uno de los efectos más adversos de la recesión: la asfixia financiera.

La base de trabajo de esas reuniones (que tienen una periodicidad semanal) es una proposición no de ley que el Congreso aprobó en marzo a propuesta de CiU, y que contempla aspectos como una modificación de las líneas del ICO para el sector, el aplazamiento del pago de impuestos y cotizaciones sociales, subvenciones para el comercio minorista, bonificaciones a la contratación indefinida y un incremento del porcentaje de la prestación por desempleo susceptible de ser capitalizado en pago único para hacerse autónomo.