Este artículo se publicó hace 14 años.
El nuevo académico Enrique Nuere reivindica la labor de los carpinteros
El arquitecto y carpintero Enrique Nuere Matauco, que ingresó el pasado domingo en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, se propone reivindicar en esta institución el papel que los carpinteros tuvieron como antecesores de los arquitectos.
"La profesión de carpintero se ha convertido en un oficio secundario, ya que no es tan necesario como era antiguamente en la construcción de catedrales e iglesias", explicó hoy el nuevo académico en una entrevista telefónica con Efe.
En aquellos tiempos, el carpintero que tenía conocimientos de geometría se convertía en un geómetra y "era el que diseñaba todas las estructuras de cantería": las cimbras de madera, el andamiaje, las grúas de elevación, entre otros aspectos, señala Nuere (Valencia, 1938).
Pero "la Historia del Arte -añadió- lógicamente se ha hecho juzgando todo lo que ha quedado, pero no todo lo que fue efímero. De ahí que este papel de los carpinteros no se haya reconocido históricamente".
En resumen, la carpintería española se deriva de los "grandes geómetras" de la carpintería islámica -que no mudéjar, según precisó Nuere- y de la visigoda, por la influencia del uso de la madera en la zona costera atlántica de la Península Ibérica.
Entre los trabajos de restauración realizados por Nuere destacan los del Convento de Santa Clara de Salamanca (Premio Europa Nostra, Premio Nacional de Restauración), el Palacio de Altamira de Sevilla, el Palacio de Miguel de Mañara y el Palacio de Buenavista de Málaga.
Neure, que ingresó en la academia con un discurso titulado "Dibujo, geometría y carpinteros en la arquitectura", defendió hoy en sus declaraciones a Efe la bondad y la perdurabilidad de la madera en la construcción y diseño actual, frente al hormigón y el acero.
El nuevo académico, Premio Nacional de Artesanía "Marqués de Lozoya" en 1981, señaló que hay "una cuadrilla de pintores contratados de por vida para repintar" la Torre Eiffel, en París, y el Golden Gate de San Francisco.
"Quitando la piedra, no hay nada más perdurable que la madera, que tiene una ventaja con relación con cualquier otro material, porque es el único regenerable, debido a que basta con plantar las semillas de los árboles para que de forma espontánea crezcan", sostiene.
Nuere aseguró que "el mantenimiento de un bosque no requiere apenas cuidado" y añadió que "en los países nórdicos, por mucha madera que se consuma, la profusión supera lo que se corta", de ahí que fomenten el consumo de madera y sobre todo que no se consuma madera de los países tropicales que les quita parte del negocio.
"La realidad es que -concretó- el consumo de madera es un consumo totalmente sostenible. Si un bosque es rentable se cuida; si no, se termina quemando para pasto".
El académico, que vive y tiene su estudio de carpintería en la localidad segoviana de San Rafael, insistió en que la construcción con madera es una medida ecológica y confortable "porque tiene mejor aislamiento térmico y consume menos energía".
Belén Palanco
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