Este artículo se publicó hace 14 años.
El nuevo comandante de EEUU en Afganistán baja las expectativas
El general designado para asumir el mando de las fuerzas de Estados Unidos y la OTAN en Afganistán preparó el martes a los legisladores para una escalada de violencia en el conflicto, reduciendo las esperanzas de un rápido cambio después de nueve años de guerra.
La confirmación del Senado parecía segura para el general David Petraeus, quien se convirtió en una de las mayores estrellas militares de Estados Unidos tras ayudar a dar vuelta la guerra en Irak.
El presidente estadounidense, Barack Obama, despidió la semana pasada al anterior comandante en Afganistán, el general Stanley McChrystal, después de que sus colaboradores y él fueran citados criticando al presidente y otros altos asesores civiles en un artículo en la revista Rolling Stone.
El presidente nombró a Petraeus para hacerse cargo de los esfuerzos en el conflicto en Afganistán.
La guerra en Afganistán, lanzada tras los ataques del 11 de septiembre del 2001 en Estados Unidos, se ha vuelto impopular entre el público estadounidense, pero Petraeus utilizó la audiencia de confirmación del martes para disminuir cualquier esperanza de un cambio rápido en el curso de la guerra.
Petraeus reconoció las limitaciones en el entrenamiento de fuerzas afganas y en crear un Gobierno local frente a lo que llamó una "insurgencia de fuerza industrial".
El general agregó, en declaraciones preparadas para el Comité de Servicios Armados del Senado, que sentía que los combates fuertes seguirían y que incluso podrían volverse más intensos en los próximos meses.
"A medida que eliminemos los escondites seguros del enemigo y reduzcamos su libertad de acción, los insurgentes devolverán los ataques", indicó.
Petraeus dijo que la situación de seguridad seguía siendo "delicada" y que la insurgencia talibán era capaz de recuperarse y estaba segura de que sobrevivirá a Estados Unidos y sus aliados.
En su testimonio preparado, Petraeus dijo que revisaría cómo se estaba librando la guerra, incluyendo las reglas de compromiso que algunos dicen ponen a las tropas estadounidenses en un riesgo innecesario para proteger a los civiles afganos, una medida que podría ser polémica.
"Estoy profundamente al tanto de las preocupaciones de algunos de nuestros soldados en terreno sobre la aplicación de las reglas de compromiso y la directiva táctica. Deben saber que revisaré fuertemente este tema", indicó Petraeus.
Sin embargo, Petraeus aclaró que apoya la estrategia bélica de Obama, incluyendo el objetivo de comenzar una transición para entregar la autoridad a las fuerzas de seguridad afganas y una retirada gradual de soldados en julio de 2011.
Petraeus destacó que cualquier retirada de tropas se basará en las condiciones de seguridad sobre el terreno y limitado al "aumento" de 30.000 efectivos que Obama acordó enviar en diciembre, como parte de una estrategia revisada que puso el centro de atención en asegurar centros poblados, entre ellos el corazón talibán en Kandahar.
El general reconoció la tarea "enormemente desafiante" de aumentar las fuerzas de seguridad afganas para asumir la tarea de las tropas estadounidenses y de la OTAN.
"Ayudar a entrenar y equipar las fuerzas nacionales locales en medio de una insurgencia es similar a construir una aeronave avanzada mientras está en vuelo, mientras es diseñada y mientras recibe disparos. No es para nada fácil", destacó.
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