Este artículo se publicó hace 16 años.
Nuevo paso en la búsqueda de vida extraterrestre con el hallazgo de un nuevo planeta
El descubrimiento de un nuevo planeta extrasolar de pequeñas dimensiones en la constelación de Leo por parte de un equipo de investigadores españoles supone un paso más para hallar planetas con unas características parecidas a la Tierra y que pudieran albergar algún tipo de vida.
Así lo anunció hoy Ignasi Ribas, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España, quien junto a Andreu Font ha presentado ese nuevo planeta, denominado GJ 436c, que es de tipo rocoso, tiene una masa de cinco tierras, y se encuentra a 30 años luz de la Tierra.
El hallazgo, que aparece publicado en el último número de la revista "Astrophysical Journal Letters", "es un pasito más", según Ribas, para encontrar planetas con una superficie similar a la Tierra y a una distancia de su estrella que le permita tener las características adecuadas para albergar vida.
El científico español auguró que un descubrimiento de ese tipo podría ocurrir dentro de una década, aunque en ningún caso se tratará de un "clon" de nuestro mundo.
El astrofísico explicó que para que un planeta se defina habitable debería estar a una distancia de su estrella que le permitiese tener una temperatura adecuada para la vida y, además, disponer de agua líquida en su superficie.
Ribas destacó que la importancia de su descubrimiento radica en que se trata de un planeta de pequeñas dimensiones, aproximadamente cinco masas terrestres, que podría ser el más pequeño descubierto hasta el momento.
Actualmente sólo se conocen unos cuatro o cinco planetas que estén por debajo de diez tierras, a los que se denomina "super-tierras", pues la mayor parte de los aproximadamente 280 planetas descubiertos hasta el momento son gigantes gaseosos del tamaño de Júpiter.
Además, el hallazgo es también importante porque la técnica utilizada por el equipo español es novedosa respecto a las usadas hasta ahora, pues es el primer planeta encontrado por las perturbaciones ejercidas sobre otro planeta del mismo sistema.
Esta técnica "tiene una proyección de futuro bastante importante para descubrir planetas pequeñitos que sean capaces de perturbar a otros más grandes, de un tamaño alrededor de una masa terrestre".
Los investigadores han conseguido explicar la existencia del exoplaneta mediante simulaciones informáticas, después de detectar que perturbaba a otro planeta interior de la estrella CJ 436, causando cambios en su órbita.
En 2004, un grupo de investigadores estadounidenses estudió esa estrella y descubrió un planeta a su alrededor, con una masa 22 veces superior a la Tierra, que describe una órbita ligeramente elíptica, algo difícil de explicar por los científicos.
A mediados del pasado año, un equipo suizo detectó la existencia de tránsitos (movimientos por delante de la estrella y que sean visibles desde la Tierra) causados por ese planeta, que no se había observado en el anterior estudio.
A raíz de ello, el equipo dirigido por Ribas decidió estudiar las dos características singulares de ese sistema planetario: su órbita elíptica y la ausencia de tránsitos en 2004 y su descubrimiento tres años después.
Los científicos españoles predijeron la existencia de un pequeño planeta que orbitaba esa estrella y que perturbaba al planeta interior causando cambios en su órbita.
El nuevo exoplaneta sería probablemente "un poquito más grande que la Tierra", quizá un 50 por ciento más, y sus particularidades son que gira alrededor de su estrella de forma rápida, ya que sólo tardaría 5,2 días terrestres en dar la vuelta.
Por el contrario, su periodo de rotación es "relativamente lento" comparado con el de la Tierra (4,2 días terrestres), lo que quiere decir que su climatología sería bastante curiosa.
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