Este artículo se publicó hace 15 años.
El nuevo patriarca otodoxo pide unidad y se dirige a la juventud
El patriarca Kiril, el nuevo líder de los 160 millones de ortodoxos rusos, se comprometió el domingo al asumir el cargo de mantener a la Iglesia unida, atraer a los jóvenes y abrirse al diálogo con las "iglesias hermanas".
Cientos de dignatarios y miles de fieles atestaron la enorme catedral de Cristo el Salvador en Moscú para ver a Kiril coronado como decimosexto Patriarca de Moscú y toda Rusia en una rica ceremonia que duró tres horas.
Dos metropolitanos (equivalentes a arzobispos) le sentaron en tres ocasiones en el trono blanco y verde del patriarca, cantando "axios" (merecedor, honorable).
El nuevo patriarca de 62 años supervisará la segunda Iglesia más grande del mundo, que se ha vuelto más influyente y rica en Rusia desde el colapso de la Unión Soviética.
La mayoría de los rusos se consideran ortodoxos y la Iglesia podría jugar un papel clave en controlar la respuesta de la población a la crisis económica que está afectando al país.
Su predecesor, Alexis II, se mezcló en política en 1991, condenando la violencia tras el fracaso de un golpe de Estado, y nuevamente en 1003, cuando intentó infructuosamente que el ex presidente Boris Yeltsin y sus opositores de línea dura alcanzaran un acuerdo.
El presidente Dmitry Medvedev y el primer ministro Vladimir Putin fueron testigos de la ceremonia, persignándose en todas las ocasiones necesarias, Otra espectadora de lujo fue la gran duquesa Maria Vladimirovna, descendiente del último zar.
Medvedev felicitó a Kiril y dijo que su consagración es un "gran evento" que espera que lleve a "un completo diálogo en solidaridad entre la Iglesia Ortodoxa y el Estado".
Por su parte, el nuevo patriarca, un liberal relativo en una iglesia muy conservadora, enfatizó su independiencia y dijo que las relaciones con el Gobierno deberían dirigirse desde "una base constitucional". La Constitución rusa establece la separación entre la Iglesia y el Estado.
LOS JÓVENES
Kiril dijo que su prioridad será acercar Dios a los jóvenes. La Iglesia no puede quedarse al margen "en una época de relativismo moral, cuando la propaganda de la violencia y la depravación rapta las almas" de los jóvenes, añadió.
También insinuó que podría desempeñar un papel más activo como pastor de los 30 millones de ortodoxos rusos que viven fuera de Rusia.
Tras prometer mantener la unidad de la Iglesia en Rusia, sostuvo que incrementará el diálogo con otras antiguas repúblicas soviéticas y sus instituciones religiosas, así como con las "iglesias hermanas", aunque no mencionó directamente a los católicos.
Kirill, un metropolitano que encabezaba el departamento de relaciones exteriores de la Iglesia Ortodoxa, se ha mostrado partidario de un acuercamiento de las relaciones con Roma. Es de los pocos dirigentes e la Iglesia que se ha reunido con el Papa Benedicto XVI.
Los expertos religiosos creen que Kiril llevará a los ortodoxos por un camino de mayor independencia que Alexis II, que fue acusado de ser un informador del KGB en la época soviética. Alexis II murió en diciembre tras una larga enfermedad y siempre defendió que solo hizo los compromisos necesarios para defender a la iglesia de la persecución.
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